Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h
Reseña Musical

“Feira do Libro”, con la Banda Municipal, en el Paseo da Alameda

    La Banda Municipal con su titular Casiano Mouriño Maquiera, colabora en las actividades de la Feira do Libro, con su presencia en el Paseo da Alameda-12´30 h.-, aportando un programa parecido al que ofrecieron en otros compromisos, como “O Día de Padrón en Santiago”. Un programa pues de necesario cumplido ante los entusiastas en la buenas lecturas, siempre con las novedades al alance de los ojos curiosos o el entusiasmo coleccionista. En el plantel, uno de los maestros veteranos que han cubierto una etapa dilatada en la historia de nuestras Bandas. Se trata de Enrique García Rey, del que se toman la “Romería de Peneda”, forma de xota galega, “Canto de Merza” y “Rebuldeira”, típicas muiñeiras tradicionales. Un músico nacido con el siglo pasado, siendo miembro de la familia con arraigo musical, en parte por su tío Luís Rey Cortés. Contando con un primer destino en Goyás, en las tierras del Deza, para continuar, en 1951, en Vilatuxe, un destino que la dará la oportunidad de formar una banda que logrará una continuidad de importancia.

    Ahí podrá dedicarse con esmero a sus primeras composiciones, como el pasodoble “Vilatuxe”, “Brisas Galaicas” y de las mayor aceptación, la “Rapsodia Galega nº 1”, obra que frecuentemente se incorpora en atriles. Pasó en otro momento por las tierras de Merza, cuya plaza cederá a Enrique Alvarellos, quien a la vez era editor, una banda que ubica sus orígenes en 1828, veterana pues, por excelencia, y que mantenía el nombre histórico de Banda Artística de Merza, dirigida entonces por Anselmo González, quien dejará lugar a su nieto Rogelio Otero. Una banda que en un par de años, se dividirá en dos agrupaciones: La Banda Vieja y la Banda Nueva, de la que se harían cargo Ramón Sueiro y Manuel Blanco.

    El 27 de de febrero de 2010, la Banda Sinfónica Municipal de Pedro Muñoz, le homenajeó con motivo del 20aniversario de su fallecimiento, contando con la batuta de Juan Antonio Rejano Parra, músico destacado de la tierra, y no faltaron piezas señeras como “Maruxa”, el Fandango de “Doña Francisquita”, la zarzuela de Amadeu Vives, el poema descriptivo “Cordillera de Los Andes” y temas de la firma del homenajeado de valor histórico como la “Rapsodia Galega nº 1”. Meses después, vendrá un nuevo reconocimiento auspiciado por músicos que cultivaron cuidadosamente la tradición mantenida de la herencia de la comarca.

    Enrique Saavedra Castro, también rescatado de un posible olvido, tendrá el pasodoble “Vilanoviña”, un compositor que movió el interés de otro director actual, Javier Viceiro Filgueira, con estudios de formación en el Conservatorio de Música de Madrid, en la Universidad italiana de Trento y dos master en Maastricht, en dirección de vientos y orquesta sinfónica. Doble faceta en la búsqueda de antiguos archivos y anaqueles, en los que duermen a la espera del avezado curioso que rescate ese curioso material, Un autor que dejó obras como “Brincadeira”, “Fantasía” o “Estampas españolas”. De Manuel Iglesias, el pasodoble “O Chopo”, encabalgado con otro de Antonio Amigo, “Dorado”.

    José Oro Val, con “A xota de Pontevedra”, músico y director natural de A Golada, que ya de joven había mostrado interés por la música, siguiendo los dictados de su primer maestro que fue Andrés Vilariño, director de la Banda de Brántega, en donde comenzaría a probar como clarinetista para seguir con el saxo alto y el requinto. Llegó a ser director de la Banda de Música de Valladares y también de la de Guláns. A partir de 1892, se asentó en Brántega, realizando una labor sumamente importante, mientras compaginaba oficios con la Banda de Antas de Ulla. Disponía de un catálogo de unas cuarenta composiciones, entre pasacalles, conciertos, y una pieza que le hizo realmente célebre, el pasodoble “Rolandito”, en una encarecida dedicatoria a uno de sus hijos y que será usada como banda sonora de una película

    El maestro Rogelio Groba, con el pasodoble-galaico “Romaxeando”. Groba, en sus conversas con Manrique Fernández le respondía a una de sus preguntas: “Ben xa o temos como profesor ¿E cómo pasa á dirección do centro-o Conservatorio?” . El maestro contestaría: “De maneira ainda mais imprevista. A miña atención, por aquelas datas, estaba centrada no traballo da Banda. A pedagoxía era unha ocupación secundaria, ata que en 1971 o director padeceu una grave enfermidade. Naquel intre estábase a desenvolver un preito entre o director e un grupo de profesores aos que intentaban separar da insenanza, no seis por qué razón. Un día recibín a llamada dun vello amigo José Moreno Bascuñana, inspector Xeral de Conservatorios...”. Entre acontecimientos diversos, Groba aceptará una interinidad que acabará durando 19 años. Una vida dilatada como bien sabemos.

    08 may 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito