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“Festival Clasclàs”, de Vilagarcía de Arousa , desde a Praza da Peixería

    Cinco conciertos clásicos entre un par de actividades más, en este empeño del “Festival Clasclàs” de Vilagarcía, que como tantos otros proyectos, pretende recuperar el pulso de la normalidad. En principio, se cuenta con su espacio que permita mayor aforo, A Praza da Peixería-21´00 h.- para todas las sesiones que en esta columna se comenten, y que abarcará las tres primeras cita. El “Guarneri Trío de Praga”, (Cenêk Pavlic- violín- Marek Jerie-chelo y el pianista Ivan Klanský), pondrá es eslabón de entrada, el sábado día 26. El grupo grabó la integral de Beethoven, Mendelssohn, Shostakovich, Schubert, Brahms y Mozart, y los tríos con piano de Dvorak, para “Supraphon”. Disponen de un violín de la colección Luigi Tarisio y de un chelo Andrea Guarneri, de 1684. En programa, Josef Suk, con la ”Elegía Op. 23”, una consideración para Julius Zeyer, con quien había trabajado en la obra escénica “Bajo el manzano”. Obra dentro del género de una “nenia” y que en su forma original, distinta a la que tendremos, tuvo una transcripción en Praga , en el otoño de 1902, en Praga.

    B.Smetana, tendrá en “Piano trío en Sol m. Op. 15”, obra de profundo sentido autobiográfico, destinada a un estreno en el Seminario de Praga, con Anton Bennevitz, August Goltermann y el propio compositor. Un momento amargo, ya que acababa de perder a hija Bedriska, de cuatro años. Entre los modelos del joven compositor, con influencias germanas, estaban Mozart, Beethoven, y contemporáneos como Liszt, Wagner y Schumann. Obra cumbre por excelencia, el “Piano Trío nº 4 (Dumky) Op. 90”, de A.Dvorak. En lo esencial, una serie de seis “dumky” enlazadas, en una ensoñación lírica, muy próxima a lo que en otras culturas, será la “rêverie” o la “trâumerei”, alemana, otra de las fuentes que influyeron en su evolución. Un punto de aproximación estética al lied vocal, que se hermana con el canto popular ucraniano en su vertiente meditativa y con detalles que recordarán a la “berceuse”, configurando un estado de ánimo. Las valoraciones de estudiosos fiables, nos remitirán a los “ländler”, tal cual sabía expresar Schubert. Un ánimo de talante melancólico que embarga a las seis piezas, aceptando su amable versatilidad, que atiende con fidelidad a los cambios de “tempo”, al fraseo y los necesarios cambios de tonalidad, entre mayor y menor, que contribuyen, para beneficio de la obra, a dar esa sensación de vital espontaneidad. Praga conoció su estreno en febrero de 1891, en una velada organizada en la Metanska Beseda, también con el autor al piano.

    Milan Al-Ashhbab- violín- y Adam Skoumal-piano-, estarán el día 28, de junio y en programa, una obra del pianista, “Variaciones sobre una melodía gitana, para violín y piano”, un músico ganador del Concurso Checo de Conservatorios, del Porto (1999), el Pinedo (Italia) y el Con. T. Leschetizky. El violinista, actuó en coliseos como el Rudolfinum- Dvorak Hall, de Praga, en el “74 Fest. Int. Primavera de Praga”, en mayo de 2019, y con formaciones como la “Berlin Philharmonik O.”, en el Chamber Music Hall. Fue galardonado en el “Concurso de Violín Fritz Kreisler”, de Viena, y finalista del “XVI Con. Int. Tchaikovski”, de 2019, además de recibir el Premio del Concurso New York Concert Artist, por unanimidad.

    Mozart estará con la “Sonata en Mi m. K. 304”, una composición ajena al grupo de las otras cinco, del período de Mannheim y probablemente del verano parisino de 1778. Coincidirá con los amargos días de la muerte de su madre, aspecto que impregnará la obra, desde la melancolía del primer movimiento. Para el especialista Alfred Einstein, Mozart no cae en lo patético, y es especialmente este comedimiento, este esconder un fuego interior unido a un breve fulgor de beatitud (en el episodio del minué) lo que acentúa el misterioso poder de esta sonata aparentemente pequeña.

    Beethoven con la “Sonata en Do m. Op. 30, para violín y piano”, la más importante de las tres del grupo, pese a no tener el talante innovador del resto. Una sonata que para Lenz, resultará una de esas producciones capitales que marcan el destino de una época. El primer “Allegro” es tal vez el único movimiento que se puede asociar al tumultuoso arrebato, al impulso guerrero de la “Heroica”. El ”Adagio” parece una incomparable escena con aria, tal vez el fragmento más bello de Beethoven, en esa tonalidad. Es monumental, los dos instrumentos están tratados con un arte inigualable. M.Ravel con dos obras, ”Kaddish”, perteneciente a las “Deux mélodies hébraiques” de 1914, sobre esa tradición y en principio, para voz y piano, que posteriormente recibirán tratamiento orquestal. El refinamiento de la pieza, nos descubre el logrado virtuosismo del compositor, a la hora de tratar sus delicadezas melismáticas.

    Ravel también con la “Sonata nº 2, en Sol, para violín piano”, obra de larga gestación y que dedicará a su amiga Hèléne Jourdan-Morhangue, aunque no podría estrenarla por motivos de salud. La sonata verá la luz en la Salle Erard parisina, con el prestigioso George Enesco al violín, y el autor al piano. Tres movimientos que descubren la grandeza del autor, desde el “Allegreto” al “Blues”, con claras influencias del jazz y que evocará los recursos del banjo y del saxofón, sonando el violín con detalles de uno y el otro. El gusto de la síncopa, a modo de ostinato rítmico y los detalles de sucesiones de séptimas menores y acordes de subdominante, típicos de las músicas negras, muestran esa tentación por dejarse llevar. Cierra la sonata con un “Perpetuum mobile”, un “Allegro en Sol M.”. Para completar, una “Fantasía sobre Carmen”, de Franz Waxman, compositor que asociamos al mundo del cine, ya desde los tiempos alemanes de la “UFA”, como arreglista y los años dorados a partir de 1937, con la “MGM”, donde consolidará un estilo reconocible.

    El “Ardemus Quartet”, estará el día 30, de junio, un cuarteto de saxofones que integran Lisa Wyss (soprano), Lovro Mercep (alto), Jenita Veurink (tenor) y Deborah Witteveen (barítono). Finalista del “Dutch Classical Talent Award”, y con dilatada carrera por Europa. Se formó en Amsterdam (2104), logrando premios como el “Concurso Boris Papandopulo” (Zagreb), el de “Nuevos Músicos Ferdo Livadic (Samobor) y finalistas del “Osaka” (Japón). J.S. Bach, en arreglo de Sasa Nestorovic, de la “Suite nº 1, en Do M. BWV 1066”, de las suites para orquesta, obra que el autor llamará “Oberturas”, dada la importancia del primer movimiento, aunque nunca fueron escritas para formar una colección. En esta composición, la obertura es la típica en el estilo francés, por un comienzo solemne, un ritmo con puntillo, parte central rápida y fugada y retorno de la primera sección. En el cuarto lugar, aparece una significativa “forlana”, único ejemplo de esta danza tan rápida, del norte de Italia y muy arraigada en la corte francesa. Cada danza viene acompañada por su correspondiente “doublé” y curiosamente, se llegó a sospechar de la autenticidad de la obra.

    Ravel con “Le tombeau de Couperin”, obra que procedente del teclado, como tantas otras, no resistirá la necesidad de su orquestación y que una vez más, recibiremos en la visión de Lovro Merce. Quedémonos con la raveliana en ese homenaje a la Francia de una época en la que la “Forlane”, el “Rigodon” o el “Minuet”, marcaban pauta. Las piezas para el teclado, compuestas en tiempo de guerra, tendrán sentidos dedicatarios: El “Prelude”, tendrá en mente al teniente Jacques Charlot; la “Fugue”, al teniente Jean Cuppri; la “Forlane”, al teniente Gabriel Deluc; el “Rigodon”, a Pierre y Pascal Gaudin; el “minuet”, a Jean Dreyfus y la “tocata”, al capitán Joseph de Marliave, compañero de la mítica pianista Marguerite Long, quien daría su primera audición en la Societé Musicale Independient, de la Salle Gaveau.

    Béla Bartok a través de “Seis antiguas danzas sobre ritmos búlgaros”. Ese ritmo que se podría definir como una especie en la que el valor dado por el dominador de la fracción que indica el compás es extraordinariamente breve y en el que tales valores fundamentales brevísimos, dentro del compás, no se agrupan en valores mayores iguales, vale decir, no se agrupan simétricamente. Un campo de estudio en las músicas étnicas del húngaro. También Ferenz Farkas, añade “Antiguas dazas húngaras”, un discípulo de L.Weiner y A. Siklós, en la Academia Ferenz Liszt, de Budapest, para continuar en Roma con o.Respighi, y con una carrera internacional de peso, antes de recuperar la docencia en su estimada Academia Ferenz Liszt, a partir de 1949. Estas piezas, son patrimonio de su legado.

    En año significativo, por el centenario, un recuerdo para el argentino Astor Piazzolla, en pieza tan emblemática como la “Milonga del Ángel”, en la que a golpe pronto se descubre la dimensión artística del músico. Para la ocasión, el tratamiento musical de Johan van der Linden, algo similar a lo que nos dejará Juanpe Luna, de la incandescente “Danza Española”, de “La vida breve” , de Manuel de Falla. Guillermo lago, con “Ciudades”: Córdoba, Sarajevo y Addis Abeba. Guillermo Lago es pseudónimo de Willem van Merwijk, un compositor que pronto descubrió su afinidad con el mundo del tango y que trabajó con artistas como el “Saxos Aurelia”, “Netherlands Wind Ensemble”, “New Trombone Collective” o la “NDR Big Band”.

    Invita el “Festival Clasclás”, como ya hiciera en pasadas convocatorias y que supusieron la suspensión de la pasada, a una serie de masterclasses para quince estudiantes, seleccionados dentro de esta referencia a la música clásica en unas participaciones en las que los alumnos, recibirán una educación intensiva a lo largo de una semana, aspecto que magnifica la proyección artística del mismo. Modélicos son también otros cursos en ampliación de conocimiento que paso a paso van arraigando, en beneficio de alumnos y profesorado. Como reconocida limitación y por razones sabidas, no contaremos con la visita y colaboración de alumnos procedentes de países ajenos al nuestro.

    24 jun 2021 / 10:13
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