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Fr Narla

Francisco Narla es un modelo incontestable de narrador. Siempre ha sido fiel a sí mismo, y ha dado muestras de una versatilidad prodigiosa. Sus novelas han acariciado, en muchas ocasiones, el sentido épico de la historia. Pienso ahora en las tan aclamadas Laín, o Assur, o Ronin, o Fierro. Y pienso también en aquellas que han revitalizado la tradición de sus orígenes con un más que sorprendente resultado, como pasaba en Los lobos del centeno. Y, por supuesto, también tengo en cuenta aquél trabajo tan desgraciadamente profético hasta extremos pavorosos como lo fue Caja negra. Aunque, viendo toda su obra en conjunto, no puedo dejar de estremecerme ante la grandeza de esa obra maestra absoluta cuyos protagonistas son un feroz y vengativo lobo galaico y aquél personaje grandioso y fatal que se llamó Julio César. Donde aúllan las colinas sigue siendo esa pieza que muchos de nosotros, lectores atentos y de a pie, tenemos entre nuestras más preciadas joyas... Las que nos hacen exclamar: “Sí. Así se escribe de verdad...” Su trabajo siempre ha sido denso y preciso. Exacto en todo lo que se refiere a las fuentes, a los detalles y las circunstancias de la narración y a la verosimilitud de todo cuanto atañe a la época histórica en que se desenvuelve. Su última novela, que les esbozaré muy brevemente, no es una excepción. Y es, para colmo, de lo mejor...

UN BOTÍN EN LA NUEVA ESPAÑA. La última obra se llama Balvanera, y lleva un subtítulo muy explicativo: La puta beata, el fraile descreído, el indio cojo y el hideputa honrado. La publica, como de costumbre, Edhasa, en su colección Narrativas históricas. El autor nos lleva, en su relato, al siglo XVI, a la Nueva España. Allí está pasando de todo. Estamos en la península del Yucatán, respirando ambición y el peso específico de la cultura maya. Narla nos indica de dónde ha obtenido sus fuentes. Una de ellas, fundamental, la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo. Otra, por otros motivos, Visión de los vencidos, de Miguel León Portillo. Y otra, esencial para el relato, de alguien tan curioso que no se lo podrán creer: una historia que esgrime el modisto Lorenzo Caprile en uno de sus exitosos programas de televisión, justo en un momento en que nuestro autor está tejiendo vestidos para las muñecas de sus hijas... Resulta que en la época de la acción, el palo de tinte, que permitía teñir de negro a la perfección, sin desgaste, cualquier tejido, era más valioso que el oro y la plata. Y los protagonistas deciden dar un palo ejemplar en un buque llamado Balvanera... A todo esto, súmenle una honda reflexión sobre la leyenda negra de la Conquista. Y les resultará esta joya...

09 ene 2023 / 01:00
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