Fronteras

LAS fronteras que delimitan la extensión de un país son inmutables a no ser que un gobernante totalitario con ínfulas imperiales decida que se puede arrancarle por la fuerza una parte de su territorio a un país, como ha hecho Vladimir Putin al desencadenar la guerra para anexionarse un trozo de Ucrania. Un sátrapa o el cambio climático son los dos únicos fenómenos capaces de cambiar esas líneas jalonadas de hitos.

El retroceso del glaciar Theodul de los Alpes, situado a 3.480 metros de altitud, ha originado una disputa fronteriza entre Italia y Suiza a cuenta de un refugio de montaña que antes se encontraba del lado italiano y que ahora se ubica en parte en el lado suizo, de tal modo que la cabeza de un montañero puede estar en un territorio y los pies en otro, o que una pareja se vea separada por una línea imaginaria de puntos y rayas.

Las diferencias fronterizas se resolvieron en Florencia, de forma incruenta, en noviembre del año pasado. Menos mal.

RANKING. Si se realizara un ranking de las causas de los incendios en España es muy probable que en primer lugar apareciera la intencionalidad de los pirómanos que queman el bosque por un sinfín de razones que solo ellos conocen. En segundo lugar, el rayo provocado por las tormentas de verano, aliado con unos montes ayunos de desbroce y limpieza.

El cambio climático es otro de los motivos de los incendios de sexta generación de los que ha habido este año variados ejemplos en España. El despoblamiento y la falta de ganadería extensiva que mantiene el monte limpio es otro dato a tener en cuenta.

Y solo lejos, muy lejos pueden colocarse “las modas del ecologismo y la filosofía del conservacionismo”, como ha dicho el responsable medioambiental de Castilla y León, Suárez-Quiñones, en una excusa de mal pagador. Sobre todo, si se tiene en cuenta que fue quien dijo que “mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro. El number one de la prevención.