Fútbol y...

Fíjense bien qué goles nos mete la memoria. Acabo de leer una novela absolutamente excepcional que firma Rafael Tarradas Bultó, publicada ahora mismo por Espasa y que se llama El valle de los arcángeles. Llevaba pocas páginas, y de pronto comencé a recordar, como sin venir a cuento, una anécdota que me contó en su día uno de los mejores escritores del Universo, el singular Alfredo Bryce Echenique. Los dos nos encontrábamos en Valladolid, en un evento que dio en llamarse El español y los medios de comunicación. Él iba de estrella, claro. De invitado especial. Yo representaba a O Correo Galego (por aquél entonces aún se llamaba así). La cosa tenía que ver con los periódicos y el idioma que empleaban en la demarcación peninsular. Recuerdo que había quedado con Gustavo Martín Garzo para hablar de literatura y tomar unos vinos. La cosa se convirtió en un debate sobre mujeres y belleza. Tarde, se nos convocó a la bodega de Yllera, donde hablamos todos por los codos, y Alfredo y yo salimos a cuatro patas por efecto del Burbujas Cantosán. El peruano venía de Mallorca, y me dijo que había conocido a un camarero que estaba enamoradísimo de una chica. Le había dicho “Fíjate qué mundo tengo: he viajado a Felanitx, a Palma, a Andratx...” Y ella le contestaba: “Sí: total, treinta kilómetros...” Nos reímos un rato largo, claro...

LA MALVADA. El autor de La vida exagerada de Martín Romaña, al conocer a la enamorada del camarero, me la describió muy precisamente. Era, al parecer, en efecto, de un atractivo demoledor. Ambiciosa y transparente. De las que son capaces de cualquier cosa con tal de dominar el Mundo. Pues la cosa es que la coprotagonista de la novela de Tarradas es algo así. Su nombre, Pepa Gómez. Lo cambiará pronto por Isabel Palau, justo cuando tenga que desaparecer del mapa. La niña trabaja en un tugurio de mala muerte en la Barceloneta, que da de comer por cuatro duros a marineros de baja extracción. Un caballero excepcional llamado Ignasi Abbad libra a Pepa de una violación, cargándose de un tiro al sujeto. Y le da trabajo en su palacio, en pleno Paseo de Gràcia. La muchacha hace planes inmediatamente para tomar el poder, y no tarda en perder los papeles. Sin ánimo de hacer spoiler, la cuestión es que tiene que pirarse y va a dar a Cuba, donde la situación política va a dar pronto a una guerra abierta, con las ansias de independencia en el fondo del entramado. Recala en Matanzas, en el corazón de tres ingenios azucareros, propiedad de catalanes, uno ellos regentado por parientes de Abbad. Y no cuento más. Una novela adictiva, mágica, maravillosa. Prepárense para no dormir, amigos.