Galicia recupera la normalidad política

EL pasado domingo sucedieron muchas más cosas y de mayor importancia de las previstas. Ninguna de las encuestas previas ni las del día 12, las que se dan a conocer al cierre de las urnas, lo vaticinó. Ni los más optimistas/pesimistas podían imaginarse la desaparición de quienes habían alcanzado la segunda plaza hace solo cuatro años. El fenómeno de las mareas se aplanó, el populismo pasa a la irrelevancia, los herejes nacionalistas que trataron de dinamitar el viejo BNG huyen con el rabo entre las piernas y los restos del antiguo PC vuelven al agujero de Peridis. Adiós Galizuela.

Lo acontecido en el mexunxe de la candidatura de nombre kilométrico, Galicia en Común-Anova Mareas, cuando tan fácil es decir Podemos y cuatro gatos o rupturismo populista, es lo más sorprendente, pero también que ni un solo voto, tras achicarse el espacio, haya migrado al PSOE. Los alcaldes y presidentes de diputaciones socialistas denotan preocupación. Es lógico, porque tres años –ya menos– se esfuman en un santiamén. Con un partido que pasa a última posición en Galicia y un Gobierno central débil y dividido, rehén de independentistas, y un panorama económico y social para echarse a temblar, no es de extrañar el desasosiego.

Pero debieran hacer acto de contrición. Bien que apoyaron a Caballero. Incluso en Lugo forzaron a las instituciones (Diputación y varias alcaldías) a pedir la suspensión de las elecciones en A Mariña, a sabiendas del daño reputacional causante. O sea, los intereses del partido antes que los de sus administrados.

Menos, pero también notable, es la sorpresa causada por el ascenso del BNG. El lunes es fácil acertar la quiniela, pero el domingo por la mañana pocos esperaban que Pontón alcanzase el nivel de Beiras de hace 23 años. Diríamos que empatan. En el 97 el BNG consiguió 18 diputados (19 menos uno que perdió con el voto emigrante) frente a 19 de ahora, pero el porcentaje de apoyo es hoy ligeramente inferior. E igual que entonces, que Beiras no ganó en Santiago, Pontón tampoco en Sarria.

En cuanto a Feijóo, poco que añadir a lo sabido. Ganar cuatro veces consecutivas por mayoría absoluta y cada vez con mayor apoyo lo dice todo. En cualquier caso, como resumen y a modo de titular, diría que el 12-X Galicia recuperó la normalidad. La política. Tiene más mérito.