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Reseña Musical

Grupos de metales de la “OSG” desde el Teatro Colón

    Conclusión de sesiones vía YouTube desde el Teatro Colón-21´30 h.-, esta vez con tres formaciones de metales de la “OSG” y con dedicatoria como en las ocasiones anteriores, esta vez en un homenaje a la ciudadanía tras este compromiso de distintas agrupaciones camertísticas, entre las que la única ausente fue la anunciada del concertino Massimo Spadano, con el viola Luigi Mazzucato y la flautista María J. Ortuño, por un accidente doméstico del violinista. Tres serán las piezas con las que se dará entrada a la sesión, a cargo del quinteto de metales que integrarán Tom Purdie, Alejandro Vázquez Lamela, David Bushnell, Eyvind Sommerfelt y Jesper Nielsen. Obras de períodos distintos comenzando por John Cheetham, del que se elige un “Scherzo”. Compositor con un Bachelord of Fine Arts and Masters of Music of New Mexico, y Doctor of Music of Arts and Composer, de la Washington University. Ejerció la docencia en la Alburquerque New Mexico Public School, en teoría, composición y orquestación. Fue miembro de la “ASCAP” y recibió el “Special Prize Award”, en distintas convocatorias. En su interesante catálogo, sobresalen en general las obras destinadas a grupos de viento, por lo que cuadra a la perfección como reclamo en el programa de la sesión.

    Samuel Scheidt, en un salto considerable, estará por su obra “Centone nº 5”, en cuatro tiempos: “Allegro”, “Andante”, “Largo” y “Presto”, que se recibe en arreglo de Karl Kramer. Este compositor, junto a Praetorius, había editado un importante trabajo para grupos instrumentales, aunque la posteridad solo haya conservado la primera de las cuatro partes de “Ludi musici”, dedicadas a los miembros de la capilla de la corte de Halle. La posteridad le reconocerá en especial por su “Tabulatura nova”, editada en 1624. En sus comienzos había sido organista de la Moritzkirche en Halle, antes de trasladarse también como organista a la corte de Christian Wilhelm de Brandeburgo. Será con Pretorius cuando se decida a instituir en 1618, la “Música de Conciertos” de la Catedral de Magdeburgo. Scheidt, H.Schütz y Schein, tres pilares fundamentales, basarán su originalidad en la utilización y el desarrollo de los espacios más importantes de la música de su época.

    Kurt Weill, el tercero en la lista, tendrá la “Cannon-Song” de la suite de “Threepenny opera”, el apunte entre generaciones y con arreglo de Karl Krammer. La “Ópera de tres peniques” o en su original “Die Dreigroschenoper”, del año 1928, es el espíritu de la Alemania de Weimar, y del compromiso compartido con Berthold Brecht. El ideario estético que se mantendrá en otras obras escénicas e igualmente apreciadas como “Mahagonny”, del mismo año o “Happy End”, esta sobre un libreto de George Kaiser. Un nuevo relieve y planteamiento que conservará su plena vigencia en la actualidad. Otra dimensión será la que descubriremos en Kurt Weill, por sus tanteos expresionistas llevados a su dimensión idónea en el “Concierto para violín. También la serie de conciertos para viento y percusión, las dos sinfonías y la serie dispersa de composiciones camerísticas.

    El Ensemble de trompas- David Bushnell, Nicolás Gómez. Manuel Moya y Estefanía Beceiro-, se ocuparán de otras cuatro piezas, partiendo de un concierto para cuatro trompas de G.P. Telemann, el “galante” y cuyo patrón podrán ser las “Tafelmusik”, un creador prolífico que daría vida a una cantidad considerable de obras de todo tipo. Un ejemplo que podrá valernos, será el “Concierto en Mi b M. para dos trompas”. De su imaginario, saldrán combinaciones de lo más diverso, destacando por su fluidez y elegancia lo que supondrá un paso de ruptura con respecto a los modelos que imperaban en la época. Destacarán en las combinaciones, las destinadas las más atrevidas propuestas que le convertirán en auténtico paradigma. El siglo XIX, no sabrá valorar la importancia de su legado.

    Anton Bruckner con un ”Andante para cuatro trompas”, valorado mayormente por sus sinfonías, será un confeso devoto de Richard Wagner, de quien no conseguirá librarse, lo que le granjeará la crítica demoledora de autoridades como Hanslick. Minucioso hasta la obsesión, el resultado quedará confirmado en el planteamiento y resolución de sus propuestas sinfónicas. El “Andante quasi allegretto” de la “Sinfonía nº 4, en Mi b. M” (Romántica), es un tiempo que queda en las proximidades por el talante melancólico y que para muchos, está en las proximidades de Schubert. Para distanciarse de posibles dudas en los años en los que se mantuvo activo, nunca le faltaron defensores como Richter o Nikisch y por supuesto, su apreciado Gustav Mahler.

    Juan Montes por uno de los himnos oficiosos de nuestra tierra, es decir “Negra sombra”, sobre el que asistimos a todo tipo de arreglos y que para esta oportunidad, se confía a Nicolás Gómez Naval, principal del cuarteto de esta sección de la “OSG”, compartido con David Bushnell, Manuel Moya Canós y Amy Schimelman. Un honor que el intérprete recibe en confianza con la seguridad de que se incorporará al catálogo de los arreglos ya reconocidos, destacando evidentemente la voz. Kenny Turner, aporta “Cashbah of Tetuan”, para quinteto de trompas, un norteamericano de talento precoz desde los 11 años con el reconocimiento de la “San Antonio Music Society of Composers”. Una beca de la “Fullbright” le permitirá formarse con Hermann Baumann, en el “Stuttgart College of Musik and Performing Arts”. A partir de 1983, se integró en la “Gürzenich O.” y dos años después, en la “Radio-Tele Luxemburg S.O.” Compositor de un amplísimo catálogo, es autor de obras como “Fiesta fanfare”, para octeto de metales; “Fandango”, para cuarteto de trompas o “The Scorpios in the Sand”, además de habituales encargos de entes públicos y privados.

    Quedan el Septeto de metales que abordarán una suite de la ópera de G.F.Haendel “Rinaldo”, en páginas escogidas, en arreglo de Simon Cox: “Overture, las arias “Sibilar gli annui d´aletto”, “Il vostro maggio de´bei verdi anni” y la más conocida “Lascia ch´io pianga”; una sinfonía y una marcha. La ópera sobre el libreto de Giacomo Rossi, partiendo de Torquato Tasso, para conoce su estreno en el “King´s Theatre Haymark”, el 24 en febrero de 1711. La etapa veneciana será fundamental en la proyección del músico y no solamente porque allí conoció a Antonio Vivaldi. Le precedían los años en Roma, en los que también compartió experiencias con Arcangello Corelli y Alessandro Scarlatti. El traslado a Londres en 1710, transformará las expectativas profesionales que se mantendrán desde entonces, compaginando las labores de compositor y empresario y así llegarán sucesivamente óperas como “Rinaldo”, “Radamisto”,”Giulio Cesare”, “Rodelinda” o “Floridante”.

    18 jun 2020 / 22:57
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