Guerrilla urbana
LA pasada semana el vicepresidente del Gobierno de España y el portavoz del grupo de Podemos en el Congreso de los Diputados derramaron gasolina por las redes sociales; el primero, poniendo en duda la democracia española –él, amigo de Irán, Venezuela y Cuba–; el segundo cambiando la etiqueta de delitos de amenazas, enaltecimiento del terrorismo e incitación al odio, por la de libertad de expresión. Y lo hicieron para defender, con la agravante irresponsable de sus cargos, a un delincuente y a unas hordas vandálicas dedicadas al saqueo.
Hay que añadir el silencio mantenido durante días, cómplice e irresponsable, del presidente del Gobierno y casi todos sus ministros, que parecen haber olvidado lo que es la dignidad.
Dicen lo que dicen porque en España hay democracia; en Irán, Cuba o Venezuela, estarían ya en las mazmorras de sus respectivos regímenes. Aquí, sus palabras deberían tener consecuencias legales, por instigar a los “jóvenes antifascistas en lucha por la libertad de expresión”.
Echenique e Iglesias alientan a un delincuente y a la guerrilla urbana que le apoya agrediendo a la Policía, causando destrozos en los bienes públicos y asaltando establecimientos privados. Unos vándalos a los que ustedes califican de antifascistas. ¿Han olvidado la connivencia del comunista Stalin y el fascista Hitler el año 1939?
Critican a la Policía por defender el orden y su propia integridad de forma tibia, tal vez por disciplina a quien les da las órdenes. ¿Por qué consienten la formación de barricadas, su incendio, el destrozo de vehículos y el asalto a comercios, y a continuación llaman a los bomberos? ¿Por qué no se utilizan los camiones lanzadores de chorros de agua a presión?; en alguna ocasión los hemos visto apagando las piras de los incendiarios.
Echenique e Iglesias deberían organizar viajes culturales a sus países hermanos, para que los cachorros antifascistas vean cómo disuelven las protestas, se ahorca a los homosexuales y se condena a las adúlteras. Incluso, si se atreven, podrían dar cursillos de guerrilla urbana a la oposición iraní, venezolana, cubana, china y de Corea del Norte. ¡Ah!, que no olviden los pasamontañas, pañoletas palestinas, antifaces y mochila, pertrechada de martillo, escoplo, tirachinas, tuercas y bombonas inflamables.
Han iniciado ustedes un peligroso camino fomentando el recuerdo de tiempos pasados ya superados y avivando el odio y el enfrentamiento. Sus palabras y sus gestos tienen consecuencias graves para todos los españoles y ustedes son los responsables.