¿Hartazgo político?

MUCHOS ANALISTAS se frotaban las manos ante un 13-J, un domingo político excepcional, que iba a marcar el futuro más inmediato... pese a ser conscientes de que hay temas en la res pública que duran menos que un suspiro. Como son inasequibles al desaliento, los voceros mediáticos anunciaban una triple cita de muy alto voltaje.

Pero la realidad demostró que no era para tanto. Ni la no-foto de Colón cumplió las expectativas, ni en las primarias de Andalucía se llegó al éxtasis que aguardaban unos y los de enfrente; ni en ese deslucido Vistalegre IV, que se fue hasta Alcorcón, se produjeron terremotos. En algo si que coincidieron las tres citas: despertaron menos interés del que se le suponía, una consecuencia del inevitable hartazgo político ciudadano.

Ni el rechazo a los indultos concentró tanta gente como la que se esperaban los convocantes, ni en la votación de la asamblea popular de Podemos se alcanzaron los índices de participación de las tres primeras, ni en Andalucía llegó la sangre al río.

Éste domingo político excepcional solo sirvió para certificar que Susana Díaz deberá buscarse la vida lejos de una poltrona; que Pablo Casado necesita encontrar su lugar y abandonar esa indefinición que le persigue, que Ione Belarra lo tiene complicado para domar las distintas corrientes y personalidades en Podemos y que a Pedro Sánchez nadie le apea de su intención: habrá indulto por que su futuro en Moncloa depende del apoyo de los nacionalistas/independentistas y los votos para continuar espera ganarlos con fondos europeos. O lo que sea, que ya se sabe que a él le da todo igual. aNTÓN TRABANCA