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Reseña Musical

Haruna Takebe y David Durán Arufe: pianismos schubertianos

    El ciclo dedicado a F.Schubert en el Paraninfo da Universidade-20´00 h-, llega a su tercer cita de la que serán responsables Haruna Takebe y Davis Durán Arufe, que ofrecerán la primera de las tres últimas sonatas para piano, la “Sonata en Do m. D. 958” y la “Fantasía en Fa m. D940”, a cuatro manos. Haruna, fiel colaboradora en ciclos de importancia como el dedicado a la sonatas de Beethoven, “Unha vida de emocións en 32 sonata”, es artista graduada en la Universidad Toho Gakuen, de Tokio , y en la Universidad de las Artes, de Berlín, para seguir en el Conservatorium van Amsterdam. Estrenó el “Concierto “Lotus under the Moonlight”, de Toshio Hosokawa, todo un honor, si tenemos en cuenta, que su compañero David Durán, realizó sus tesis doctoral sobre el compositor, al que junto a sus compañeros de “Vertixe Sonora”, dedicaron un monográfico de gran altura que valdría como presentación oficial en nuestra ciudad. Ya en 2007, se incorporó a la Elisabeth University of Music, de Hiroshima, como catedrática de piano y en Santiago, ha creado escuela como docente a través de la “EAEM”. Fue solista también de orquestas de primera línea y una de sus colaboraciones más recientes, la realizó con la “RFG”, la jornada en la que la directora era Joana Carneiro.

    David Durán Arufe, presta importantes aportaciones a la docencia, además de cultivar su vena literaria en iniciativas poéticas como “Palabras sordas para oídos necios”. Nos quedamos con su tesis dedicada a la obra de Toshio Hosokawa, pero irrenunciable será el traer a colación el intenso protagonismo que ha venido manteniendo tanto en el “CGAC” como en otros espacios, con sus colegas de “Vertixe Sonora”, gracias a los cuales hemos tenido acceso a las vanguardias más activas de rigurosa actualidad. Hablamos de los ciclos “Música y Arte. Correspondencias Sonoras”, en compromisos compartidos con músicos como Carlos Méndez, Ramón Souto, Diego Ventoso y Pablo Coello, en su condición de director, para un grupo de formación variable, según las obras en cartel.

    Schubert con la “Fantasía para piano a cuatro manos, en Fa m. D. 940”, obra de 1828, y que fue ofrecida a dos editores de fuera de Viena-Probst y Schott-, arrastrando tras de sí la composición casi inmediata de otras dos a cuatro manos: “Allegro en la m. D.947” y ”Rondó en La M.D. 951”. Entre los año 1813/28, las obras para cuatro manos son numerosas, aunque se asocien con otros géneros musicales como las marchas, los laender, los divertimentos o las variaciones. Estará precedida curiosamente de obras parecidas en el aspecto formal: la “Fantasía para piano en Do M. (Wanderer)”, la “Fantasía para piano y violín en Do m.” e incluso la “Fantasía-Sonata en Sol M.”

    Obra que para fiables estudiosos, tiene ciertas incógnitas: ¿Por qué este esforzado regreso al piano a cuatro manos en esta época? El hecho de habitar junto a Schober, sin duda, influye en ello, tanto como el trato cotidiano en Lachner o Bauenfeld, privilegiados acompañantes de Schubert, en las primeras ejecuciones de este género de obras; pero no hay que excluir como motivación interna el sentimiento amoroso de Schubert hacia Karolina Esterhazy, dedicataria de esta fantasía. En la forma, como en las precedentes de la edad adulta, tiene una arquitectura en cuatro partes, pero aquí con una forma más libre que en las precedentes. Un “Allegro molto moderato”, al que siguen un “Largo” y un “Allegro vivace molto moderato” y para finalizar, un retorno al “Allegro molto moderato”.

    Tres sonatas finales: “D 958, en Do m.”, “D. 959, en La M.” y “D. 960”, en Si b M.”, del otoño de 1828, de las que hoy tendremos la primera, quedándose las otras dos para el próximo del 27 . Dirá el autor, he compuesto estas sonatas, que desearía dedicar a Hummel, ya que las toqué en distintos lugares con bastante éxito. En su ánimo, las tres forman un todo y justas se publicarán diez años después de la muerte del autor gracias a Diabelli. Quizás cobraron vida en las últimas semanas vividas con Schober, aunque fundamental fue la presencia de su hermano Ferdinand. El estado de los primeros borradores, probaría la fiebre y la exaltación apresurada de su escritura, una vez concluido un “Quinteto” y la segunda parte del “Winterreise”, en un hombre ostensiblemente agotado.

    Concebidas pues, en el mismo tiempo, ofrecen tanta semejanza y estética la unidad orgánica de su grupo es una realidad. Los registros graves están sistemáticamente utilizados y revelan su poder melódico, la escritura se desarrolla con frecuencia sobre tres planos superpuestos en una concesión próxima al lied. Si la fluidez schubertiana, se afirma como siempre (sucesión de tresillos, de semicorcheas), los silencios, por las bruscas rupturas que imponen, ya encontradas en el piano schubertiano, adquieren una importancia primordial, La tendencia general se dirige claramente hacia el cromatismo. Vigor y rigor de la forma, crean en el conjunto de estas tres sonatas, un simbolismo nuevo en la abundancia de motivos repetitivos, que tienen valor de verdaderas “imágenes” sobre las cuales recae la acción.

    La “Sonata en Do m. D 958”, es quizás la más espontánea de las tres, pieza que conllevó el apodo de beethoveniana, aunque nada tenga que ver. Partiendo de sus propias obras, no dejará de acercarse a Beethoven, aproximándose a su vena épica, en cuanto remite a sus propias inquietudes. En el “Allegro”, con sus fuertes acordes, participa del comienzo del lied “Kriegers Ahnung” (segundo de los “Rellsatab Lieder”, del “Swanengesang”, pero ampliándolo en intensidad y será el tercer tiempo el que titulará “menuetto”, a diferencia de las otras, un tiempo extraño este “Allegretto en Do M.”, caprichoso por sus pesados acentos y las bruscas rupturas de ritmos de su segunda parte que compromete dramáticamente el luminoso tema que abría el movimiento. El “Allegro Finale”, recuerda por sus proporciones gigantescas, la concepción de la “Sinfonía en Do M.”, del mismo período. Por la explotación rítmica, evoca otros dos últimos movimientos de obras anteriores: el final del “Cuarteto en Sol M. D.897”, en el episodio-tresillo y el final del “Cuarteto en Re m. D. 810”

    13 abr 2021 / 01:00
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