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Historia de los astados unidos

    ANDO revolviendo mis propios archivos, donde emergen recuerdos y artículos del pasado, algunos realmente curiosos, por lo que creo que vale la pena exhumarlos. En el tiempo de más esplendor del pasado régimen, había dos elevados personajes, luego ministros, muy próximos al Caudillo, quienes, por compartir la misma cruz, eran conocidos malévolamente como “los astados unidos”. Eran los tiempos de la autarquía y se intentaba negociar con los Estados Unidos y el Vaticano, acuerdos de amistad y Concordato respectivos.

    La figura taurina con que se definía a los dos relevantes personajes traía causa de la compartida condición de sus respectivas señoras, al parecer algo casquivanas, con la notable incomodidad de que la cosa era bastante pública. Por lo visto, enfrascados en los asuntos de estado, los dos personajes no dedicaban el tiempo requerido a atender el débito conyugal, de suerte que sus respectivas buscaban el abrigo y el consuelo de otras playas.

    El asunto adquirió tales dimensiones de escándalo, pese a la forzosa sordina que las condiciones del caso imponían, que el propio Caudillo tomó cartas en el asunto, determinando que las dos hijas de Venus precisaban del sanador recogimiento, por lo que se dispuso procurarles la adecuada asistencia espiritual, en forma de retiro preceptivo, que las recondujera por el camino de la paz matrimonial.

    Para tan delicada misión se escogió una institución en pleno desarrollo, con la seguridad de que, tras el adecuado tratamiento, ambas se pondrían en el mejor camino, y nunca mejor dicho. Pese a que el dúo de damas compartía idénticos ardores, uno de los casos era especialmente grave, siendo la otra causahabiente de más variada y diversa atención.

    Fue mano de santo. La medicina y la advertencia del general obraron el milagro. Los furores remitieron, la promiscuidad desapareció, la pasión dio paso a la piedad; al desorden sucedió el comedimiento. Los “astados unidos” dejaron de serlo. Al menos eso se dijo. El precepto del matrimonio cristiano y español se cumplió a rajatabla. Pero la historia dejó una secuela mayor, ya que, complacido con la eficacia reparadora de la institución mediadora, sus hombres iban a adquirir en las siguientes décadas relevancia notable en los puestos de gobierno, bajo la especial protección de uno de los dos varones a quienes tanta paz habían deparado.

    30 dic 2022 / 01:00
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