¿Impacto real o político?

CUENTAN algunos de los presentes en la Cidade da Cultura que Pedro Sánchez esbozó un rictus de satisfacción, cuando Alberto Núñez Feijóo, casi al final de su intervención en la entrega de la Medalla de Oro de Galicia, dijo aquello de que “esperemos que su presencia hoy aquí suponga un respaldo a todos estos grandes retos que tenemos por delante”.

Nos atrevemos a pensar, casi estamos convencidos de ello, que el presidente de la Xunta desconocía la sorpresa que le tenía preparada su homónimo en el Gobierno central y se lo puso en bandeja. El anuncio de la “drástica” rebaja en los peajes de la AP-9, en un acto tan simbólico, sonó a contraprogramación difícil de, valga el juego de palabras, contrarrestar. Fue algo muy Pedro Sánchez, siempre dispuesto a sacarse algún conejo de la chistera, que sin duda puede darle cierto rédito político.

Ahora se trata de calibrar la intensidad de esta medida en el bolsillo de los gallegos. Esa cantidad de la que habla Transportes es teórica ya que no solo son gallegos los usuarios de esa infraestructura y, en realidad, el descuento se lo lleva con creces las imparables subidas de los combustibles. Eso sí que es un problema para todos.

No se puede negar el impacto político de la medida y la mejor prueba es que los principales cargos socialistas en la comunidad acudieron a la cita de A Coruña para destacar la impronta PSOE de la rebaja. Ahora solo nos queda esperar la contraprogamación de la Xunta. Feijóo está obligado a ello para mitigar el impacto, siempre más desde el punto de vista partidista que real, que pueda tener en estos momentos tan complicados. antón trabanca