Isaac, cien años después

EN el Museo Centro Gaiás puede verse una exposición titulada As Miradas de Isaac. Centenario de Isaac Díaz Pardo (1920-2020). Su muerte acaeció en el año 2012 dejando atrás una huella inmensa y heterogénea.

En él encontramos a un hombre de altas miras y lealtades inquebrantables; la primera de ellas, con sus raíces, a las que veneró siempre; así era emocionante, aún en los últimos años de su vida, apreciar el respeto, la admiración y el enorme cariño con que recordaba a su padre, Camilo Díaz Baliño, asesinado en 1936 y en quien tuvo, en tantos aspectos de su biografía, su verdadero Norte.

Isaac ha forjado el gran legado que esta exposición, de la que son comisarios sus hijos Camilo y Xosé, nos enseña. Y en ningún lugar mejor que en la Cidade da Cultura de Galicia se le puede, y se le debe, recordar. Él supo ver, y valorar, desde un primer momento, de forma valiente, las potencialidades que un proyecto de estas características podría suponer.

Quizás una de las conclusiones del espectador, y de quien se asome a las páginas del magnífico libro que se edita al tiempo, es que, en él, Galicia ha contado con un auténtico activista y movilizador sociocultural. Y hay que aludir, al tiempo, a la sociedad y a la cultura porque su hacer va más allá de su labor de pintor, de ilustrador, de editor y de tantos y tantos menesteres culturales en los que participó.

Su empeño en el sector industrial, con la firma Sargadelos como referente, se vio acompañada de proyectos, realizados, como el Laboratorio de Formas de Galicia, a reconocer como un nexo entre ambos mundos: el de la Cultura y el de la Industria. Hay mucho que alabarle. Lo que hizo, al frente de Ediciós do Castro, por ejemplo, ha sido un testimonio permanente de generosidad absoluta.