Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Italia, en la montaña rusa

    LA vida cotidiana y la actividad económica en Italia transcurren, en un amplio espacio, al margen de la política, de las decisiones de los problemas internos de los partidos, de los enfrentamientos entre sus líderes. Italia es un caos que funciona. Un país, en el que se abren las persianas a primera hora de la mañana, se cierra por la noche y al día siguiente ocurre lo mismo y, entre medias, unos y otros partidos tratan de arreglar sus problemas. Cuando estos ocurren en el partido más votado la inquietud se dispara, pero sin que llegue la sangre al río, o aparezca una solución de compromiso.

    El Movimiento 5 Estrellas, el más votado en las últimas elecciones –lo que no quiere decir que el primer ministro haya sido elegido por la urnas, lo que no ha ocurrido con los últimos titulares de la segunda magistratura italiana–, está en crisis porque su fundador Beppe Grillo se opone a las pretensiones del anterior primer ministro, Giuseppe Conte, de convertir al partido de los grillinos en una formación más estable, menos asamblearia, con talante progresista, más verde y con un populismo más matizado. Y eso supondría que el humorista diera un paso al lado y dejara que el partido cobrara nuevos aires.

    Esta crisis puede acabar con un acuerdo sobre las bases que pretende Conte, o afrontar una división en una organización con todo lo que ello supone. El ex primer ministro ha visto como le segaban la hierba bajo los pies y su proyecto de partido ha quedado arrumbado porque el padre padrone de Grillo no ha dejado que le arrebatasen el juguete que modeló con sus manos, aunque las urnas le sean cada vez más esquivas pese a ser el partido más votado en las últimas elecciones. Grillo no está dispuesto a ser un padre generoso como le demandaba Conte, quien tras gobernar dos años y medio ahora es considerado por el jefe de los grillinos como un político sin visión política y sin capacidad de dirección.

    El M5S se enfrenta al mismo problema que tarde o temprano surge en los partidos populistas, introducir un criterio de racionalidad que les acerca a los partidos tradicionales con lo que adquieren una pátina de solvencia y compromiso, o permanecer como partidos antisistema que en un determinado momento son abandonados por los votantes, una vez que comprueban la debilidad de sus propuestas, que causan más problemas que solucionan. Y Conte puede pensar en crear su propio partido a lomos del prestigio ganado en su etapa de premier.

    El actual presidente, Mario Draghi, no necesita al M5E para gobernar, pero si le abandonan necesitará de la Liga de Salvini para mantenerse en el Palacio Chigi. Y no le apetece nada. Pero todo es posible en la política italiana.

    07 jul 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito