Javier Tebas en el disparadero

ÉRAMOS pocos y... al fútbol español, inmerso en una crisis económica galopante, solo le faltaba que la crisis latente desde hace meses entre el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por un lado y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por otro, acabase saltando a la palestra al decidir el Gobierno poner en manos de la Fiscalía la relación del presidente de la LFP, Javier Tebas en el caso Fuenlabrada.

Como se recordará, el Fuenlabrada viajó a A Coruña para disputar el último partido de la Liga de Segunda División ante el Dépor a pesar de que varios miembros de su plantilla habían dado positivo en los tests de la covid-19, hasta el punto que días después hasta casi una treintena de los integrantes del club se vieron afectados.

Como consecuencia de ello, aquel partido tuvo que ser aplazado con el consiguiendo perjuicio para terceros, entre ellos el Deportivo que ya ha puesto el tema en manos de la Justicia.

El problema en el que se ve ahora involucrado Tebas es porque su actuación en este caso no fue del todo clara y para que no faltase nada, resulta que se conoció que su hijo mayor ejerce como secretario del Consejo de Administración del club madrileño en los ratos libres que le deja su negocio taurino.

Como quiera que la vía abierta en su día por la Liga y la Federación había agotado todo el recorrido dando carpetazo al asunto ambas instituciones, es ahora el CSD el que, en cierta forma, se ve obligado a intervenir para esclarecer unos hechos que, hasta la fecha, no están nada claros. Conviene destacar que el juez instructor de la RFEF recomendó al Comité de Competición que descendiese al Fuenlabrada pero el Tribunal Administrativo del Deporte, más conocido por TAD, le quitó la potestad de decidir sobre ello dándosela al Juez Social de la Liga quien ya había advertido que no se podía aprobar el descenso del conjunto madrileño, decisión que ninguna de las dos instituciones recurrieron.

A partir de aquí, lógicamente, se han sucedido las declaraciones de unos y de otros, pero lo cierto es que con las competiciones echando a andar, aún nos encontramos con su caso sin resolver que, recordémoslo, afecta a terceros, entre ellos al Deportivo de A Coruña que comenzará la Liga en Segunda B.

Medidas consensuadas. Y mientras tanto, el fútbol se ha puesto en marcha en medio de unas estrictas medidas de seguridad consensuadas, mal que les pese, entre Federación y Liga para hacer frente a la crisis del coronavirus y que no suceda lo de la pasada temporada en la que cogió a todos con el pie cambiado y tuvieron que ir improvisando sobre la marcha.

Se han redactado pues, unas bases para que todos los clubes lo tengan claro y sepan a que atenerse cuando se vayan presentando las distintas situaciones que, seguramente, se darán a lo largo de la temporada.

En estas medidas destacan algunas que van a levantar ampollas como se tengan que poner en práctica. Así, si un equipo no puede, en un determinado momento, utilizar su estadio debe contar con uno alternativo en otra localidad, estadio que deberá estar autorizado por la Liga y la Federación.

Otro punto importante es que cada equipo dispondrá de hasta 35 fichas para poder hacer frente a las eventuales bajas producidas por la covid-19. Por ello, el árbitro deberá ser informado, antes del comienzo del partido, de la relación de futbolistas titulares además de los suplentes, así como de la relación de técnicos que podrán sentarse en los banquillos. También se aclara que para poder comenzar un partido, cada uno de los equipos deberá comparecer y mantener durante el mismo al menos a siete jugadores pertenecientes a la primera plantilla, salvo lo estipulado por las cláusulas específicas para el coronavirus.

Cuando se de la circunstancia de que un equipo no llegue a ese número mínimo de jugadores de la primera plantilla, el árbitro automáticamente suspenderá el encuentro y será el órgano disciplinario correspondiente el que decida respecto al resultado.

Cada equipo podrá solicitar, por causas de fuerza mayor, la cancelación de un partido. En caso de que tenga que solicitar un nuevo aplazamiento, este partido se le dará por perdido. Esto para los equipos de Primera, a los de Segunda División se les permitirán dos aplazamientos sin penalización.

Momento clave. También ambos organismos han adoptado medidas drásticas en el tema de los plaly-off de ascenso a Primera, al punto que de no poder llevarse a cabo en el formato original, se contemplan dos opciones. Una, con la celebración de las eliminatorias a partido único y en una misma sede. Y otra, a partido único, en sedes neutrales propuestas por la LNFP previa comunicación a la RFEF.

En resumen, una temporada que se prevee torera ya no solo por lo que pueda dar de sí el tema del coronavirus, que preocupa, y con razón, a todos, sino porque la competición puede verse seriamente alterada y adulterada, a pesar de que todo el mundo está advertido, pero es inevitable que el que resulte más perjudicado al menos tenga la posibilidad de hacer patente su malestar, aunque al final no sirva para nada.

el MERCADO El Real Madrid sigue aligerando su nómina y a falta de sacarse de encima al hombre que, junto con Sergio Ramos, tiene la ficha más alta, unos 18 millones de euros limpios, acaba de librarse de otro jugador con el que no contaba Zidane y que tenía también una nómina importante. Se trata de James Rodríguez que a tenor de las informaciones publicadas, se ha ido gratis al Everton, pero con su marcha el club se ahorra unos 15 millones de euros anuales, de los que la mitad se los llevaba netos el colombiano.

El que también intenta rebajar su nómina para dar entrada a los nuevos es el Barcelona que le ha dado puerta o está punto de dársela a Luis Suárez y Arturo Vidal, ambos con rumbo a la Serie A, concretamente a la Juventus y al Inter, a los que hay que añadir el traspaso de Rakitic al Sevilla y el intento de librarse de un jugador al que las lesiones le han impedido rendir estos dos últimos años como es Umtiti, algo que no va a resultar sencillo pues tiene contrato en vigor y dado su historial médico difícilmente algún equipo se hará cargo de una ficha tan elevada (7 millones fijos y 2 variables).

Y mientras tanto Ronald Koeman sigue insistiendo en el fichaje de dos de sus paisanos, el delantero centro Memphis Depay, por el que el Olympique de Lyon pide unos 30 millones y el centrocampista del Liverpool, Wijnaldum, un todoterreno muy del agrado del técnico holandés pero que se encuentra con el hándicap de que en la Ciudad Condal hay quien prefiere que en su lugar se recupere a Thiago Alcántara que, como se sabe, quiere dejar el Bayern y ahora mismo tiene todos los números para fichar por el equipo de la ciudad de los Beatles.

Por otro lado, hay otro ex canterano azulgrana que está en el mercado y que ha sido ofrecido a la Juventus, se trata del delantero Traoré que tras dos excelentes temporadas en el Wolverhampton, se lo disputan los mejores clubes de la Premier y cuyo traspaso está valorado en unos 70 millones de euros, cantidad que parece fuera de mercado y que ha echado para atrás a más de un pretendiente.