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Jueves de Pasión

    A diferencia de la energía, que según
    los expertos no se crea ni se destruye,
    la pasión se crea, se construye y te transforma. Así, cuando crees que algo no es posible y te esfuerzas en conseguirlo, es la pasión la que mantiene tu empeño; cuando persigues una meta y la angostura del camino te invita a replegarte, es la pasión quien te hace seguir caminando; cuando te dicen que es imposible y tú sabes que puedes lograrlo, es la pasión la que te reta a seguir intentándolo, consciente de que “la utopía –como dice mi buen amigo Rubén Turienzo– tan sólo es una palabra cargada de prejuicios”... ¿Qué sería del mundo sin pasión? Sin esa pasión del entusiasmo que tanto lo mueve, lo remueve y le hace evolucionar.

    Pero la pasión también es padecer. Es una fuente de vehemencia para algunos y un manantial de inanición para otros. Esta es la otra cara de la moneda. El yin y el yang. La parte oscura de un anverso brillante. Porque la pasión es una fuerza con dos polos de signo contrario que por momentos te atraen y por momentos te repelen. Tú decides con qué tipo de pasión vives tu vida y qué tipo de pasión contagias a los demás. Y es que en la vida casi todo depende del tipo de verbos que elijas conjugar.

    Llevamos un año de auténtica pasión y calvario. ¿Tú eres de prevenir o de arriesgar? ¿De proteger o de exponer? ¿Eres de los que, como Jair Bolsonaro, crees que la vida debe continuar y que debemos volver a la normalidad, o de los que, como Margarita del Val, piensas que toca extremar de nuevo las precauciones y actuar con responsabilidad individual? ¿Crees que basta con vacunar, vacunar, vacunar, o que toca también respetar, respetar y respetar todas y cada una de las normas y recomendaciones? De lo que decidamos conjugar hoy va a depender, en buena medida, lo que podamos disfrutar mañana. Que no nos cieguen ciertas pasiones.

    Porque, ¿sabes qué? Por mucho que uno se lo crea y por más que su pasión le ciegue, cada uno tiene que saber a lo que puede aspirar, necesita saber cómo actuar para conseguirlo y debe comprender que cuando algo no puede ser, es que no puede ser. Y, además, es imposible. Porque, por más que la psicología positiva nos motive, ni todo vale para todo ni todos valen para todo.

    Es más. Si bien es cierto que hay pasiones que dan vida y hacen que las cosas revivan, no es menos cierto que hay pasiones que matan. ¡Cuidado con estas! Son el germen de la involución. Y lo son no sólo por lo que destruyen, sino por lo que dificultan la reconstrucción. Sentidiño y feliz semana de Pasión a todas y a todos.

    25 mar 2021 / 01:00
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