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La bronca

    HACE meses que se vive un estado permanente de tensión entre los ministros socialistas y los de Podemos, pero esa tensión se ha convertido en bronca. En el Consejo y también en el Congreso, donde la portavoz Adriana Lastra pasa olímpicamente de las exigencias que le llegan de Pablo Echenique. Por otra parte Iglesias, Asens y Echenique no pierden la oportunidad de lanzar dardos –envenenados– a sus socios de Gobierno en cuanto se encuentran ante un micro o una cámara.

    Podemos denuncia que no se cumplen los acuerdos de la coalición; los socialistas responden que no pueden admitir iniciativas que chocan contra lo que siempre ha defendido el PSOE, son de imposible cumplimiento, o no tienen más objeto que presentar a Podemos como el único partido sensibilizado con causas sociales.

    La ley sobre transexuales ha enfurecido al PSOE en general y a las feministas del PSOE en particular. Como reacción al rechazo a la ley trans, Podemos no ha querido apoyar la ley de igualdad de trato que tenía el sello del PSOE. A todo ello se suman profundas discrepancias respecto a leyes relacionados con los okupas, pensiones, ingreso mínimo vital, el Sahara, la Corona y la Justicia. Y ahora Podemos alienta las manifestaciones violentas a favor del rapero Hasél.

    El miércoles Iglesias cargó contra los medios de comunicación proponiendo censura y sanciones a propietarios y periodistas, y a nadie se le escapa que esa propuesta, que mantenía tiempo atrás, la ha convertido en prioridad tras destapar los medios el caso Dina, la presunta financiación ilegal de Podemos, la utilización de Irene Montero de un miembro de su gabinete para que ejerza como niñera de su hija, o el cobro poco claro de Juan Carlos Monedero de una factura de Neurona.

    Iglesias sin embargo no se plantea dejar el Gobierno, está tan seguro de que Sánchez lo necesita para mantenerse como presidente, que tira permanentemente de la cuerda hasta el punto de amenazarle si no respalda las propuestas de Irene Montero.

    Un riesgo ese tipo de amenazas: pasadas las elecciones catalanas, que fueron un triunfo para los socialistas, Sánchez puede sentirse tentado a buscar nuevos apoyos para asegurarse la continuidad. De momento, ha iniciado una aproximación a Casado, para que, desde fuera del Gobierno, respalde políticas de Estado que no permiten demora.

    19 feb 2021 / 01:00
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