La conciencia de Putin

DICE que protege a sus rusos de Dombás de la vesania de Zelenski y que desnazifica Ucrania. Y quizás duerme tranquilo. Contamina la opinión pública de su país y consigue que los rusos piensen parecido. La conciencia de los hombres puede ser errónea y dar por bueno lo que no lo es. Buena parte de la humanidad consideramos que la invasión de otro país con prácticas genocidas merece repulsa y reparación del mal hecho. No entro en la conciencia del zar pero condeno sus hechos. Pero conviene informarse de la moralidad de los actos –su objetivo y sus consecuencias– y optar por los aceptables.

Putin dice que desnazifica Ucrania y aniquila para ello a sus habitantes. Los diez mil veinteañeros rusos muertos en campaña y los civiles asesinados en Bucha desconocían el nazismo y no sabían por qué morían con crueldad. Tras una práctica hay siempre una teoría y la que late tras la invasión no es aceptable. Rusia dice que defiende a sus ciudadanos meridionales de la malignidad ucraniana. La información de Putin es errónea y su conciencia está mal formada.

Los veinteañeros rusos de reemplazo que mueren en Ucrania en su mili obligatoria ¿entienden las razones del zar Vladimir para aniquilar Ucrania?, ¿saben lo que es desnazificar?

Una paradoja terrible de la guerra es que acelera investigación y técnica. Estados Unidos ha enviado a Ucrania más de 600 Stingers, unos misiles antiaéreos pequeños y portátiles disparados desde el hombro de quien lo porta. La OTAN ha proporcionado 2.600 Javelin, armas de hombro que son capaces de penetrar el blindaje ruso. Hay misiles supersónicos que pueden volar y hacer maniobras a cinco veces la velocidad del sonido.

Una conciencia moral recta precisa formación, como es necesaria formación para comer con cubiertos y no con dedos. La educación moral de Putin es deficitaria y necesita ser corregida. Lo requiere cada casa, cada escuela, cada generación, cada persona. Y Putin.