Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

La lengua y las lenguas

    LA pérdida de la condición vehicular del castellano, lengua común instrumental de país plurilingüe por lo que le decimos también español, es la más disparatada ocurrencia de Gobierno desde aquellas de Franco de alimentar a la población con bocadillos de delfín o de moverla con un sistema ideado por su chófer para obtener petróleo del agua del grifo. Antes de la modernización de 1959 hubo un tiempo muy ideológico de ideas disparatadas e intrigas políticas de Gobierno que vincula al menos estéticamente aquellos tiempos y el nuestro. Hay una lengua castellana histórica común que no se hablaba mucho incluso en el s. XIX y cuyo uso creciente tras la centralización administrativa (moneda, carreteras,...) que la modernización precisaba no supo evitar excesos al convertir al castellano en lengua comprendida hasta por descendientes de gallegos y vascos que no la hablaban y de joven todavía conocí.

    Escribí ya que todas las lenguas deberían haber tenido tras 1978 tratamiento oficial, más allá de unas pocas palabras en discursos reales. Hubiera impedido su patrimonialización como gran ariete antiespañol. Muchos pensamos esto (p. ej., Mercè Villarrubias Todas las lenguas de España, El País 1/12/2014 y 24/4/2015). Pero la politización excluyente de la lengua no es exclusiva de radicales catalanes aunque hoy allí sea mucho más agresiva. Entre castellanohablantes sin una cultura federal, se confunde aún a menudo la lengua oficial del Estado con la familiar y social. El pasado 17, en una entrevista, la señora Roca Barea decía: “Feijóo se persona con Galicia en la asociación de la lusofonía como una nación independiente. ¡Un tío del PP! Y luego van de patriotas”. No sabría decir por qué le afecta que la tierra que alumbró el portugués participe en la lusofonía ni por qué cree excluyente la relación entre lusofonía y patriotismo español, pero coincide en ello con nuestros propios separatistas. La incomprensión de mundos que no han vivido por personas por lo demás sensatas denota el problema de no asumir como propias todas las lenguas nacionales por el Estado, de ahí que la pulsión imperativa e imperialista de las lenguas se haya ido desplazando desde el castellano hacia la lengua catalana. Carro al que se sube un Gobierno sin sentido de Estado.

    24 nov 2020 / 00:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.