Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Las naciones vasca y catalana

    EL señor Ortúzar, del PNV, al socaire de los indultos propone de nuevo la institucionalización oficial nacional de Cataluña y País Vasco. Podríamos suponer que su propósito está dentro de la búsqueda de un nuevo marco para dar a España mayor conjunción tras la irresponsable intentona del ejecutivo catalán, pero no parece su intención. Cataluña y Euskadi son entidades nacionales en el uso común porque el término nación suele reservarse para Estados-nación, aunque por su polisemia también es correcto aplicarlo aquí dado que el término alude a grupos unidos por historia, lengua y tradición y conciencia de constituir una comunidad cultural como parte de una nación-Estado o en la diáspora.

    Los inconvenientes de la propuesta del dirigente vasco no se derivan del proteico término nación sino de que parece aspirar al reconocimiento de Euskadi y Cataluña como naciones con derecho a autodeterminarse, es decir, parece proponer un estatus para facilitar la independencia a medio plazo en cómodos plazos mensuales mediante formas transitorias de confederación. No critico aquí su exclusión de Galicia de los pueblos escogidos por las iglesias vasca y catalana para cruzar en volandas el mar rojigualda y alcanzar tierra prometida.

    El meollo del asunto no está pues entre decir naciones a Euskadi y Cataluña o evitarlo escrupulosamente, sino entre los que piensan su terruño –nación o lo que sea– como Estado y desean institucionalizarlo por pasos, y los que pensamos en mantener un marco de coexistencia entre comunidades que pueden tener una mayor o menor identificación con una conciencia propia diferenciada pero son conscientes de que en sociedades democráticas, complejas y crecientemente multiculturales –que no son las medievales de una casta dominante y otras sometidas–, los rasgos simbólicos de las formas culturales propias, elaboradas o no por nacionalistas, como los propios catalanismo o vasquismo, no pueden ser privatizados, patrimonializando así la diversidad y redefiniéndola a su antojo en un Estado propio por una casta exaltada y minoritaria de cruzados patriotas, como cristianos toledanos.

    Eso se lo criticamos en Vox a escala española pues hay formas no exaltadas de ser español, vasco, catalán. Los símbolos de un territorio deben mancomunarse si son elaborados con un criterio moderno, es decir, sin que sea preciso recurrir a la exaltación y mitificación de una raza o cultura. Es por pura civilización. El hombre, hemipléjico natural, propende al grupo cerrado y al asesinato de cualquier forma de diferencia amenazante.

    29 jun 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito