Llave para el Camino
HAY pisadas que no sólo dejan huella en la luna. A Aleksei Navalni, principal opositor del presidente ruso Vladimir Putin, poner pie en su país le ha llevado de nuevo a la cárcel por mucho que ya quede escrito en la historia que fue envenenado. El abogado camina contra corriente por impulso de vida que le mantiene activista de profesión.
Navalni no ha hecho el Camino de Santiago, pero alguien puede incitarle a abrazar al apóstol siguiendo el interés de los últimos años en su país demostrado en la afluencia de turistas que se acercan atraídos por la cultura y por la enogastronomía. Peregrinar a Santiago es la llave, de ida y vuelta, para entrar en Rusia, como lo es la que abre la urna funeraria de Calderón de la Barca.
Se acaba de confirmar que pertenece a la condesa del Asalto, Teresa Morenés, y apareció en un cofre de madera coronado con la Cruz de la Orden de Santiago a la que perteneció Calderón de la Barca. Sigue la búsqueda de la urna funeraria para que la llave haga el milagro pero los trabajos han sido interrumpidos por la nieve y el COVID-19.
Este siglo XXI se presenta como el que hará que el insigne dramaturgo camine de la lista de desaparecidos y podamos también decirle al opositor ruso “¡Ultreia peregrino!”, que es un vamos más allá, sigue adelante.
El xacobeo nos vuelve a Fraga. De récord de mayoría absoluta a récord de mayoría absoluta este año el presidente Feijóo ha recordado a su predecesor en el noveno aniversario de su muerte. Él es el único que queda en primera línea política que haya compartido poder en tiempos del león de Villalba. Ni el rey emérito, ni Rajoy, ni Rubalcaba, ni Felipe González... ni el incombustible conselleiro Víctor Manuel Vázquez Portomeñe.
Aquel Año Santo Jacobeo de 1993 trajo el Camino a la historia moderna de Galicia para unirse a los éxitos españoles de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 y la Expo de Sevilla de ese mismo año. En aquel entonces se puso en marcha un programa elaborado por la Xunta de Galicia para difundir el jacobeo.
Aquel plan integral del Camino de Santiago ha contribuido a que sea la Calle Mayor de Europa, el centro neurálgico de la realidad global y el propósito vertebrador que se necesita. Aquellos éxitos políticos del Camino de Santiago traen, una vez más, el ejemplo de convivencia entre partidos.
Se llevaron a cabo grandes reformas en los tramos del Camino para ponerlo al día. Elías Valiña, el cura de O Cebreiro, había marcado la flecha amarilla en algunos.
Se hicieron senderos, se hicieron albergues, y los años sucesivos han ido demostrando que esta senda de conciliación mundial representa el honor sin mancha, que es el gran teatro del mundo y que las pisadas son personales e intransferibles aun estando en época de patinazos que traen experiencias únicas como ver una investidura en la presidencia de EE. UU. con el mayor despliegue de seguridad de la historia de ese país. Más militares en Washington que los soldados desplegados en Irak y Afganistán juntos.