Lolita Díaz Baliño

AHORA, con razón, la Historia del Arte procura el estudio, como artistas, de las mujeres del pasado. Hasta tiempos recientes, en los que todo ha cambiado ya mucho, no aparecen, usualmente, como autoras de obras de arte y, en este sentido, Galicia tampoco ha sido diferente.

Nos llama la atención, en cualquier caso, la lectura de un epígrafe –en la peana de una imagen de Santiago peregrino que se localiza en la catedral de Astorga–, en el que se nos dice que quien la ha hecho es una tal Dolores A Rodeiro, datando su obra en 1881. Ella es la continuadora del taller de los Rodeiro, manteniéndolo, con su quehacer activo. Un año antes Rosalía de Castro había publicado en Madrid su segundo libro de poemas en gallego, Follas Novas.

Ahora, en A Coruña, podemos contemplar, en la Fundación Luis Seoane, una exposición dedicada a Lolita Díaz Baliño, hermana de Camilo y tía de Isaac Díaz Pardo. Nació en esta misma ciudad en 1905 y en ella muere en 1963. Fue Rosario Sarmiento, la comisaria de esta muestra –y responsable del libro resultante, títulado Lolita Días Baliño. A realidade soñada– quien rescata del olvido a esta artista de la que sabíamos muy poco. El hecho de que lo que ahora se nos descubre estuviese, en parte, en manos privadas, y alejado, por ello, del conocimiento público, justifica, en cierta medida, este olvido.

Estamos ante una mujer bien formada, con una obra artística que, vista desde su tiempo, rezuma modernidad, expresando un modo de ver, y de hacer, muy femenino, con lo que ello supone de aportación de una manera distinta, diferente, de sentir y de manifestarse... Su calidad, pongo por caso, en el mundo de la ilustración, es evidente. Dibuja de forma primorosa y utiliza el color con frescura... Todo un descubrimiento.