Los enemigos de la democracia

lo que está pasando en EEUU, con un presidente que se revela contra su propia democracia, es un síntoma más de un caldo de cultivo que se está cociendo. Los enemigos del menos malo de los sistemas de convivencia política están dentro. Trump ha inagurado un estilo y unos modos de gobernante que, aunque vaya a ser ahora derrotado por los votos de los ciudadanos, sin embargo ha impregnado en el imaginario colectivo. La mentira, la manipulación, el uso tosco del poder y la demagogia sin fin, son algunos de los elementos que manejan impúdicamente estos enemigos de la democracia.

Algunas cadenas norteamericanas de televisión han dado un extraordinario ejemplo al mundo interrumpiendo la alocución de un presidente que, emborrachado por la mentira, intentaba hacer llegar el mensaje de un supuesto fraude electoral. Trump está rebasando todos los límites de la decencia y la responsabilidad, y, por ello, hay que ponerlo de manifiesto ante la opinión pública, así como a todos aquellos que en otras latitudes siguen por ese mismo camino de la intolerancia y el desprecio cívico. A los enemigos de la democracia ¡ni agua!