¿Los pintores importan, o no?

¿Qué hace un pintor lucense en Nueva York? Hijo y nieto de médicos, Antonio Murado López es uno de los mejores artistas plásticos de Galicia. Estudió Bellas Artes en Salamanca, viajó por Europa, abrió estudio en Lugo, se trasladó a Madrid y ahora cumple ya una veintena de años residiendo en la ciudad de los rascacielos. Desde allí, lanza un mensaje que retumba en los ambientes cultos de nuestra tierra: “Los pintores han pasado a ser la variable menos importante del arte”. Como gallego ejerciente, le atrae la grandiosidad de la naturaleza frente a lo pequeño que, dice, es el individuo. Expuso no hace mucho en la galería Vilaseco, de A Coruña, y lo hará a no tardar en Los Ángeles. Lo que sorprende en artistas de su talla es que sea necesario triunfar fuera para ser reconocidos aquí.

¿Habrá una vacuna para el dolor? Sorprenden, para bien, las declaraciones de Ardem Patapoutian, biólogo de origen libanés, Premio Nobel de Medicina, que estudia el tacto y revela cuestiones muy curiosas sobre el sentido que define de “misterioso” capaz de producir placer pero también sufrimientos terribles. Refugiado en Estados Unidos, brillante, audaz, con imaginación desbordante, cree que es posible lograr una vacuna contra el dolor crónico mediante fármacos que no sean opiáceos. Sería el descubrimiento del siglo.

¿Cuándo las dos Españas aparcarán los insultos barriobajeros? Respuesta:
El año que viene, si Dios quiere.