Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Maldita Historia

    HUBO quien dijo que “el pueblo que olvida su Historia está condenado a repetirla”. Aunque habría que añadir que eso sólo preocuparía si fuese mala y no apeteciese en absoluto revivirla, porque si no, a ver. Yo daría mucho de lo que tengo por poder volver a algunos de mis tiempos pasados, por ejemplo, los aldeanos, pero sabiendo lo que sé hoy, para ser capaz de resolver problemas, míos y de los míos, que entonces me atrancaban el alma sin solución.

    También habría que avisar de que la amenaza de repetición de lo ya vivido, si fuese verificable, podría ser mala en más de un sentido. El que dijo aquello parece que se refería al peligro de que se te viniese encima tu propia Historia, aunque no quisieras, condenado a repetirla por no guardarla.

    Pero también sería malo, e incluso puede que peor, querer repetirla voluntariamente, como si el tiempo no hubiese pasado, y menos como si quisiéramos preservar el derecho a que se repitiese por partes, recuperando lo bueno y olvidando lo malo.

    La Historia, sin embargo, aunque se pudiera repetir, nunca podría ser por partes. Es un todo indivisible. O todo o nada.

    De todos modos, tranquilos: la Historia no se repite. Nunca. No puede. Lo pasado ya pasó. El recuerdo sólo sirve de aprendizaje, que es mucho servir, pero las rutas nuevas tienes que abrirlas por ti mismo. Y que lo sepas: nunca son caminos de vuelta. En realidad, la condena sería esa: volver. Volver a cometer errores, como si no hubieses aprendido nada.

    Y parece que no han aprendido mucho algunos de los que ahora, veintitrés de febrero de 2021, vuelven al recuerdo de la Historia de España no para aprender a hacer algo nuevo sino para enjuiciar el pasado buscando culpables. Y las culpas de los otros, claro, no las propias, cuando es obvio que hubo de todo.

    El problema va a ser cómo seremos capaces los de hoy de responder mañana de la Historia que ahora mismo vamos escribiendo, la nuestra, que estarán obligados a recordar, aunque no quieran, los que vengan detrás. Y será allá, mañana, cuando ellos lleguen, cuando vayan poniéndose en evidencia nuestros aciertos y desaciertos. Y podremos ser juzgados por otros ilusos buscando culpables, pero entre nosotros.

    Así que quizá fuese mejor decir: “Deja en herencia una Historia que sirva a tus herederos para buscar su propio futuro”. Para aprender, más que enjuiciar. Porque nosotros hacemos lo que podemos o porque, en todo caso, ellos sean capaces de no echarnos la culpa de lo que no hayamos sabido hacer. Y no es por pedir perdón.

    España, más que lo que ha sido, es lo que aún puede ser.

    25 feb 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito