del barrio de Salamanca
COMO saben los lectores de MUNDIARIO, el barrio de Salamanca es el más caro de Madrid. Allí se vienen produciendo estos días concentraciones de cientos de personas para llamar de todo, menos bonito, a Pedro Sánchez y su Gobierno. Dicen y utilizan la expresión manifestaciones “espontáneas”, porque la Ley de Seguridad Ciudadana –más conocida como ley mordaza, aprobada por el PP– permite castigar a quien organiza una manifestación y no lo comunica. Para evitarlo dicen así que es un acto espontáneo, pero, queridos lectores, es difícil que lo sea.
Estas concentraciones, constitucionalmente hablando, son un ejercicio del derecho a manifestación, es cierto. Lo que sucede es que la propia Constitución supedita el ejercicio de ese derecho fundamental a comunicarlo previamente a las autoridades gubernativas.
Así lo dice el artículo 21 CE: “En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes”.
Pero, estas concentraciones, en cambio, no fueron notificadas, por lo que, a mi juicio, se trata por tanto de una manifestación “ilegítima”. Aunque eso no significa que hubiera tenido que ser disuelta. Esto solo procede en los casos que la Policía considera que suponen un peligro para las personas. Ahora bien, las Fuerzas de Seguridad podrían haberlo en este caso, si tenemos en cuenta el contexto de estado de alarma en el que se producen estas manifestaciones.
La cercanía entre personas en una manifestación en una ciudad como Madrid que todavía se encuentra en la fase 0 de desescalada, habilita, sin ningún género de dudas, para que la Policía proceda a disolverla, sin que se vulnerara ningún derecho.
En cualquier caso, el hecho de que no fuera notificada podría acarrear multas a los organizadores y promotores, que podrían llegar a 100.000 euros atendiendo a la reincidencia y vulneración de la vigencia de la alarma.