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Monedas de oro encontradas en el Hospital Real de Santiago

Sobre unas monedas de oro halladas en el antiguo Hospital Real de Santiago, actual Parador Hostal de los Reyes Católicos.

1. HALLAZGO. Dicho Gran Hospital, creado por los Reyes Católicos y sus monarcas sucesores, a partir de 1501-1507, se mantuvo en la función médica que le era propia hasta 1954 en que fue transformado en hotel de lujo, con el nombre de Hostal de los Reyes Católicos, actividad en la que se mantiene actualmente. Pocos años antes de cesar como hospital y de manera fortuita, cuando se hacían reparaciones en el suelo lígneo de la Sala de San Cosme que ocupaba, en el segundo piso, la mitad de lo que ulteriormente pasó a ser el Comedor Real, aparecieron las monedas de referencia, dos de las cuales las retuvo el capataz que dirigía la obra y la tercera se la entregó al ilustre cirujano Dr. José Puente Castro, de quien pasó a su hijo, el eminente Dr. José Luis Puente Domínguez, quien bastantes años después, en 1992, me contó esta historia mostrándome la moneda para ver si era posible identificarla numismáticamente, para cuyo efecto la fotografié anverso-reverso (figura 1) pero, esperando a hacerlo en otro momento, ni la pesé ni la medí, posponiéndose hasta hoy, en razón de otras ocupaciones, el pretendido estudio, cuando, tristemente, hace ya catorce años que el Prof. y Académico José Luís Puente está con Dios.

2. IDENTIFICACIÓN. La pieza referida, ciertamente de oro, es un pésimo ejemplo de acuñación, incluso quizás con retroquelados y la falta de varias de sus partes, cortadas para sacarle parte del oro identificándose las cicatrices de los instrumentos utilizados al efecto. Por mera estimación en el recuerdo calculo que, cuando la tuve en la mano, debía medir más/menos 20 o 25 mm. en su diámetro mayor.

3. ANVERSO. Anticipando que le diagnosticaron como una moneda acuñada en 1615, reinado de Felipe III, exhibía, en esta cara, el escudo de España de esa época, timbrado por la corona real, desaparecida por las razones antedichas. Se identifican los siguientes cuarteles más/menos completos: (figura 2) del Reino de Portugal (1); Aragón (2); Dos Sicilias (3); Austria (4); Borgoña Antigua (5); el vacío que debió ocupar Borgoña Moderna (6); Ducado de Brabante (7) y un sobreescudo con dos cuarteles representativos de los condados de Flandes y Tirol (8). Ni una sola letra de inscripción, en donde debería aparecer el texto Philipus III D (ei) G (ratia). No visible tampoco la marca de Ceca, ni la cifra del valor nominal de la moneda.

4. REVERSO. Tiene como figura central, aquí perfectamente descentrada e incompleta por los defectos de troquelado, robo de oro, etc., una Cruz Potenzada o de Jerusalén dentro de un espacio limitado por cuatro semicírculos en cuyos ángulos de unión interior hay flores de lis y en esos mismos ángulos, al exterior, semiesferas, todo ello perturbado por el caos general. En el borde, al lado derecho, puede verse un número 5 separado, por un punto, de las letras H I S, esta última tumbada, que interpretamos como el último número, perviviente, de la fecha 1615 y de la palabra HIS (PANIARUM), respectivamente. No queda nada de la última palabra de este texto: REX.

5. CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACIÓN. Las tres piezas numismáticas a que dedicamos este artículo, bien se perdieron circunstancialmente, al colarse por ranuras de las tablas que formaban el suelo de la mencionada Sala de San Cosme o fueron escondidas allí intencionadamente, bien en su época, o posteriormente, nunca lo sabremos. Durante el reinado de Felipe III se acuñaron monedas de oro, plata y cobre, fundamentalmente, en número creciente de las primeras a las últimas, ya que su valor radicaba fundamentalmente en el metal del que estaban hechas. De oro circulaban cuatro tipos que de más a menos valor fueron las onzas, las medias onzas, los doblones y los escudos.

Importa advertir que el escudo del Reino de Portugal que hemos visto en el anverso aparece incorporado al escudo de España entre los años 1580 a 1668 correspondientes reinados de los tres Felipes II, III y IV, derivada esa circunstancia del mejor derecho que adquirió Felipe II, por ser hijo de la Princesa Isabel de Portugal, casada con Carlos V, al quedarse aquel reino sin heredero al trono por la muerte de su Rey. Sebastián, desaparecido en Marruecos durante la famosa batalla de Alcazarquivir.

22 nov 2020 / 00:09
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