Mujeres científicas
CON motivo del Día de la Mujer se celebran en todo el mundo manifestaciones, reuniones, declaraciones institucionales y premios para reivindicar la igualdad entre la mujer y el hombre en todas las esferas de la vida. Conjuntamente con la revolución tecnológica y la globalidad, no hay otro movimiento que tenga tanta intensidad, fuerza y consecuencias sociales como el de la revolución de las mujeres y la revolución social que representa. En los últimos años es impresionante el avance conseguido, sobre todo en el mundo occidental.
En la Ciencia, como en cualquier otro dominio, el avance también ha sido muy grande, aunque quedan campos en los que todavía hay grandes diferencias entre mujeres y hombres, empezando por que el porcentaje es muy diferente dedicado a algunas disciplinas científicas. En efecto, en Física e Ingeniería menos de un 30 por ciento de los estudiantes son mujeres y en algunas de las especialidades incluso menos del 20 por ciento.
En las campañas, premios y actividades que se realizan con objetivo de promover las vocaciones científicas en las mujeres se ignora este dato y la mayor parte de las veces las protagonistas son mujeres científicas pertenecientes a campos diferentes a la Física o Ingeniería, generalmente a especialidades relacionadas con Ciencias de la Vida, es decir, Biología, Medicina, Farmacia, Genética, Bioquímica. En estas especialidades el porcentaje de mujeres esta alrededor del setenta por ciento y en algunos casos es mayor. Este dato se debería tener en cuenta si realmente se quiere obtener una mayor igualdad y mejorar este porcentaje.
No son fáciles de encontrar las razones por la existencia de proporciones tan dispares. Es cierto que la Física y Tecnología, tal como se dan, su enseñanza es manifiestamente mejorable. Hay muchas vocaciones en Física que empiezan por plantearse que la Física no puede ser tan fea y complicada. En Bachillerato, por ejemplo, los estudiantes de Ciencias tienen muchas más horas de Historia que de Física. En Tecnología se aprende las diferentes clases de clavos y clavijas y, en general, el número de horas dedicadas a chapar en España es muy grande. Sin embargo, todo esto lo tienen que sufrir todos los géneros. Por otra parte, el porcentaje en otros países es muy similar, aunque la enseñanza sea mejor.
Hace alrededor de veinte años, formé parte de una comisión del Centro Europeo de Física de Partículas para ver la razón del bajo número de estudiantes de Física en Europa, cuando su tecnología e industria necesitaba muchos más. Constatamos que el porcentaje de mujeres era aproximadamente igual en todos los países, alrededor del treinta por ciento. Entonces en España era el 33 %. Ahora ha bajado al 27% aunque el número total de estudiantes ha crecido desde entonces tanto en España como en Europa.
En la comisión estudiamos por qué había tan pocas mujeres. Avanzamos varias hipótesis, desde la poca clarificación y diferenciación de qué es la Física, para qué sirve y cuáles son sus empleos, a la inclinación de la mujer a elegir especialidades en que se visualiza más el ayudar, como son las especialidades relacionadas directamente con la vida, pero ninguna de estas razones es totalmente convincente.