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Nativel

Hace un montón de años que conozco a Nativel Preciado. Concretamente, fue allá, en 1999, cuando se hizo con el finalista del Planeta gracias a El egoísta. Fue, como en las historias de los grandes vinos, una excelente cosecha. La ganadora, por cierto, era Espido Freire con su Melocotones helados, que la había hecho muy popular tras su serísima Irlanda (y en donde daba fe de sus orígenes galaicos, describiéndonos cosas como las Fragas do Eume). Nativel venía, como tantos grandes narradores, del mundo de la prensa, y gozaba de una bien ganada fama de analista puntillosa, acertada y veraz tanto en los periódicos como en la radio y la televisión. Esto, que a mucha gente podrá parecerles superfluo, es absolutamente fundamental a la hora de perfilar escenarios y personajes. Su colección de galardones es abultada. Un Primavera de Novela por Camino de hierro, un Fernando Lara por Canta solo para mí, y una larga lista de distinciones: el Francisco Cerecedo, el Víctor de la Serna, la Pluma de Plata, el Premio de Honor de la Asociación de la Prensa o uno que le honraba toda su vida profesional al completo, el de Periodismo Internacional Manuel Alcántara... Pues bien. El caso es que acaba de aparecer su última obra, ha sido el Premio Azorín de 2021, lo publica, como siempre, Planeta, se llama El santuario de los elefantes y es demoledora...

ÁFRICA

He aquí a nuestra autora en uno de los momentos de lucidez seguramente más importantes de su vida. Vuelvo ahora a lo que les decía antes: su vida en la prensa, como cronista parlamentaria, por ejemplo, es crucial. Su conocimiento de la condición humana ha de recordarnos a esos personajes que son héroes inventados por genios. Me refiero, y sólo citaré a mis preferidos, Miss Marple y Hércules Poirot, creados los dos por alguien que sí sabía un rato largo sobre perfiles y caracteres, Agatha Christie. Nativel nos habla de una pandilla muy peculiar. Tanto, que se han hecho millonarios ejerciendo un virtuosismo muy notable en la práctica del juego sucio, como fabricando fármacos dudosos con destino, esencialmente, a África. Nos producirán, en su mayor parte, espasmos en el píloro. Se juntarán, en una mansión de Madrid, por un peligro común. Se enteran de que varios de ellos tienen a la Ley encima por sus artimañas. Y deciden blanquear sus fortunas construyendo un resort de lujo en Tanzania, el país de los parques de Tarangine y del Lago Manyara o de Ngorongoro. Hay sorpresas numerosas y vueltas de tuerca inesperadas. Y hay, incluso, lugar para el Amor del bueno. Y personajes misteriosos, como el científico Patrick Wells... Fantástica. Sorpresiva. Genial...

12 jul 2021 / 01:00
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