No es tiempo para la cosmética electoral
SUELE decir con razón Jesús Fernández-Villaverde que España constantemente lo hace peor durante las crisis, por este motivo son necesarias reformas institucionales que hagan mucho más resiliente y flexible a nuestra economía. Como los malos estudiantes, solo hacemos los deberes cuando comprobamos la dureza del suspenso, y en el momento en el que llegamos al cinco nos conformamos. Aunque por factores externos, estamos viviendo una de estas situaciones. Como el buen profesor, la Comisión Europea nos hace recomendaciones sobre los puntos a mejorar, pero ahora además existe un poderoso incentivo: 150.000 millones de euros. Esta es la oportunidad de aspirar a algo más que a un simple aprobado.
Para ello, parecería razonable que todos los actores perjudicados participasen en la elaboración del plan que nos lleven a la España que deseamos en los próximos años. Con un horizonte de largo plazo, el consenso es necesario. Desafortunadamente la realidad es bien distinta. Si ya parece cuestionable que la gobernanza de los fondos europeos vaya a depender, casi exclusivamente, del Consejo de Ministros y del Presidente, lo es quizás todavía más que la transparencia brille por su ausencia. Una cosa es agilizar procesos burocráticos y otra bien distinta es saltarse la rendición de cuentas.
Un claro ejemplo de esto lo hemos vivido esta semana con la noticia de que el Gobierno plantea en el Plan de Recuperación la supresión de la tributación conjunta en el IRPF. La cual supone una reducción en la Base Imponible de 3.400€ para matrimonios, generando un beneficio medio de 1.150€ para los algo más de dos millones de hogares que optan por esta modalidad.
El problema no es abrir el debate sobre si se debe suprimir o no la tributación conjunta. Si realmente el objetivo es el de incentivar la entrada de la mujer en el mercado laboral, probablemente existan políticas más acertadas, que bien podrían combinarse con la eliminación de la tributación conjunta, como la propuesta que realizan en un trabajo Luis Ayala y Milagros Paniagua de ampliar las deducciones por maternidad imitando a otros países como Estados Unidos.
La cuestión reside en las formas. Primero, la información se hace pública por la prensa, haciendo un ejercicio de gran opacidad. Segundo, se rectifica la propuesta debido a la cercanía de unas elecciones, aunque después se matiza esa rectificación. Tercero, recientemente se ha conformado una comisión de expertos para dilucidar un nuevo sistema fiscal, ¿no sería más conveniente esperar a su propuesta?
Nos jugamos mucho en el futuro, y el partido se juega ahora. España no es un set de televisión, ni los ciudadanos actores de reparto. Es tiempo de estadistas, no para la cosmética electoral.