Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

No me gusta

    VOY a meterme en un tema que no me chista, pero creo que viene a cuento. Ahí va: el presidente del Gobierno tiene todas las legitimidades y competencias para nombrar y cambiar, cuando le plazca, a los delegados del Gobierno. Punto. Ya está. Así que nada tengo que decir sobre su decisión de cambiar al de Galicia.

    Ni siquiera aprovecharé la circunstancia para decir que a Javier Losada lo conozco desde hace muchos años, que compartí con él compromisos cuando eran cómodos y cuando no. Y que, siendo tanto compañeros como amigos, no me gusta su cese. Aunque lo acepto y acato sin ninguna queja, como estoy convencido que hará él mismo.

    Pero no es de eso de lo que quiero hablar, sino del hecho de que estas movidas gubernamentales se produzcan en varias regiones de España al mismo tiempo y que, además, en todas ellas se haya deslizado la noticia hacia la consideración mediática de que en ninguna se trata tanto de eso, decisiones gubernamentales, como de otras más propiamente orgánicas. Del Partido más que del Gobierno, vamos. De manera que quien las promueve no es tanto ni sólo el presidente del Gobierno como el secretario general del PSOE. Y si al primero le reconozco todos los poderes para hacerlo, al segundo no tanto.

    Me explico: en Galicia, por ejemplo, igual que en Andalucía, por hacer comparaciones, las decisiones orgánicas deben tomarlas los órganos regionales del Partido. Y no quiero decir que estos lo hagan a espaldas de los federales, sin contar con ellos, porque el PSOE, al fin y al cabo, es uno.

    Pero tampoco acepto lo contrario: al ser el PSOE un partido federal, los órganos centrales no deben tomar decisiones orgánicas, y menos aún si lo son de trascendencia propiamente regional, sin tener en cuenta, incluso sin compartir, y hasta que diría que tampoco sin respetar, las opiniones y aspiraciones de los órganos regionales.

    Si ha sucedido algo de esto, creo que se han confundido los papeles y prerrogativas del presidente del Gobierno y del secretario general del Partido. Y eso, en el mejor de los casos, crearía un mal precedente. Si ha de cuestionarse a Gonzalo Caballero no es a Pedro Sánchez a quien le corresponde hacerlo. Y menos aún por una puerta trasera.

    Por eso no quiero compartir los juicios mediáticos que se han desencadenado con estas noticias. El personal puede ir de sobrado, interpretando las cosas demasiado a la ligera o, como también suele suceder, con sospechas de intriga que no suelen tener nada que ver con la realidad. Y yo no quiero ir por ahí. No me gusta caminar hacia atrás.

    01 abr 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito