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Reseña Musical

“Nox Piano Trio”: Beethoven y Clara Schumann, en el Paraninfo da Universidade

    Concierto en el Paraninfo da Universidade del “Nox Piano Trío”, formado por tres profesoras que ejercen en nuestra ciudad y que está integrado por Olga Alexandroskaya (violín) y Xusa Hervás Brull (chelo), quienes comenzaron a perfilar el grupo, antes de incorporar a la pianista Natalia Méndez Zunzunegui. Dos obras en programa, una de ellas con la clara pretensión de reivindicar la figura de Clara Schumann, a través del “Trío en So m. Op. 17”, obra que coincidió con un período de descanso en Nordernay, mientras Robert se recuperaba de uno de sus acostumbrados estados de profunda depresión. El compositor, en breve, daría forma a su “Trío Op. 63”, que observa profundas afinidades con el de su compañera y apoyo emocional. Anna Beer, en su magnífico trabajo “Armonías y suaves cantos”- las mujeres olvidadas de la música clásica-, editado por “Acantilado”, la trata con afecto y benevolencia, valorando su importancia dentro del capítulo de la historia de la música.

    Abundaban entonces las cartas entregadas entre ambos y en una de ellas, conseguirá convencerle para que la acompañe en un viaje de una gira por Rusia. Ella ofreció entonces cinco conciertos en Riga, en cinco días, con cuatro programas diferentes y sin ningún otro músico a su lado que descargara parte de la presión, mientras Robert padecía una grave crisis en el verano de 1844. Se ha dicho que esa crisis precipitó la marcha de la pareja de una ciudad como Leipzig, tan amante de la música, a otra como Dresde, dominada por la corte, en diciembre de aquel año. La salud de Robert, mejoró durante cierto tiempo, y Clara, por su parte, compuso para lo que el “New Grove Dictionary of Music”, constituye su mayor logro, su “Trío Op. 17”. El último movimiento posee “una destreza contrapuntística que no hubiera avergonzado a Mendelssohn, aunque fuese un poco demasiado académica para Schumann”, escribe el crítico (refiriéndose a Robert, por supuesto), y es el resultado de los estudios de contrapunto emprendidos por la pareja en los primeros meses de su matrimonio y reanudados tras su traslado a Dresde.

    Años después, uno de los amigos de Clara relataba una anécdota sobre la reacción de Mendelssohn ante la obra:”Se rió con ganas cuando le dije que no me podía creer que una mujer fuera capaz de componer una obra tan seria y sólida”. La anécdota es un delicioso recordatorio de que Fanny Mendelssohn Hensel, había contribuido a liberar a su hermano de las ideas sobre el talento de las mujeres, aunque no de sus creencias sobre el escenario en el que éstas debían manifestarse. Otros contemporáneos se mostraron igualmente sorprendidos, dado que las mujeres “rara vez abordan formas musicales más maduras, al tener una cierta fuerza abstracta que básicamente es privilegio de los hombres. Pese a ello, Clara Schumann, habían demostrado “ser en verdad una de las pocas mujeres que había sabido dominar esa fuerza.” Para el Grove”, el “Trío Op. 17”, escrito en 1846, en un momento de enorme tensión, presenta un carácter otoñal y melancólico, y demuestra un perfecto dominio de la forma sonata y de las técnicas polifónicas.

    L.v Beethoven con el “Trío Op. 1, nº 3, en Do m.”, tres obras compuestas hacia 1793 y terminadas como muy tarde en 1795. Son ejemplo de la primera gran etapa vienesa y llevan el título de “Op. 1”, desde la edición de 1795. Los tres están dedicados al príncipe Karl von Lichnowsky y para su compañero Ries, se realizó en presencia de su maestro Joseph Haydn, en el domicilio del dedicatario. El autor, consideraba este trío, el número 3, en Do m., como el mejor de conjunto, El mismo que según Schindler, se había terminado como primero. Beethoven se divertirá en 1817, desarrollando este mismo trío en quintetos “Op. 104”. Desde el punto de vista de la forma, estos tres tríos marcan una innovación beethoveniana: la introducción del “scherzo”, entre el “Adagio” y el “Finale”, reemplazando al “Minuetto”, antiguamente forma consagrada.

    Opiniones para plantarse ante la obra como la de Solomon: “Beethoven introdujo (en el Op. 1 nº 3”, en el “Op. 9. Nº 3”, en el “Op.º10, nº 1”, y en el Op. 13”, la tonalidad de “Do m.”, en busca de una expresión de sentimientos “pathétiques; en cambio, en el período central de sus años vieneses, el “Do m.”, se va a convertir en la tonalidad “heroica” por excelencia, como demuestra la “Quinta Sinfonía”, la “Marcha fúnebre”, de la “Heroica” y la “Obertura”, de “Coriolano”. Para Abraham: “en 1794, muy pocos compositores se habrían atrevido a concluir un trabajo con 87 compases de “pianísimo”, casi ininterrumpido ¿No hay que sorprenderse de que el maestro Haydn, que apreciaba los otros dos tríos, aconsejara a Beethoven que no publicara el “Trío en Do m.”. Como ya se comentó, y tentaciones no le faltaban, esta obra, en concreto, fue sucesivamente reelaborada en una transcripción para quinteto de cuerda, que entró oficialmente con el número de “Op. 104”. Los tríos en su integridad, están ligados al primer período de su estancia en la capital habsbúrgica, en donde el autor frecuenta la nobleza y se exhibe en sus palacios. Los tiempos de la obra que nos interesa, son los siguientes: “Allegro con brio”, “Andante cantábile con variazione”, “Minuetto, quasi Allegro” y “Finale: Prestissimo”, un trabajo al que dará vida cuando tenía 25 años.

    06 abr 2021 / 01:00
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