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Reseña Musical

Nueva aportación sobre el “Premio Grupo Compostela-Xunta de Galicia”

    Un primer comentario nos permitió aproximarnos al profesor Carlos Villanueva Abelairas, tras habérsele otorgado el galardón de Premio Grupo Compostela- Xunta de Galicia, por el que recibirá una cuantía económica y una concha de oro que contribuyen a definir su perfil y que supone la valoración tanto personal como o institucional de los elegidos, en reconocimiento a la labor en favor de la unidad europea. El próximo 21 de septiembre y por vía telemática, se dejará constancia del evento dentro de la “XXVI Asamblea Gral del Grupo Compostela de Universidades”. Una persona irrenunciable en el transcurso del reconocimiento, ha sido el profesor Ángel Medina, con el que pudo trabajar estrechamente a lo largo de su vida docente, y que a su vez recibió premios extraordinarios además de ser colaborador del “New Grove Dictionary” y de las labores del “ICCMU” o de la “American Music Review”, entre otras publicaciones. De su libros, una mención destacada para los trabajos dedicados al compositor Josep Soler, “los atributos del capón”, indagando en un aspecto con notables ausencias informativas o “Ramón Barce, en la vanguardia musical española”. Es catedrático de música en la Universidad de Oviedo. El profesor Ángel Medina, tuvo la deferencia de documentarnos sobre la figura del profesor Carlos Villanueva, y, con su licencia, nos permitimos traer a colación algunos detalles que ampliarán información detallada para mayor precisión.

    Suele recordar el profesor Villanueva una exitosa actuación en Berlín, ciudad que le causaba mucho respeto por ser consciente del alto nivel que ya tenía allí en aquellos años el movimiento de la música antigua históricamente informada- “Alte Musik”-. Aclararemos de paso que nuestro protagonista de hoy, es un sólido multi-instumentista, pues además de sus estudios de piano, violín y su práctica como organista titular del Seminario de Lugo, tocó la viola en la Orquesta de Santiago, en los años 80; con ese bagaje, no extraña verlo en el Grupo a cargo de la zanfona o tocando una fídula, además de ejercer como eficaz director y arreglista de las propias versiones que interpretan. Quien esto escribe- el profesor Ángel Medina-, tuvo la suerte de vivir de cerca el proyecto de construcción de los instrumentos del Pórtico. Con el patrocinio de la “Fundación Barrié de la Maza” y en colaboración con el recién desaparecido P. López Calo, Carlos Villanueva concibió y gestionó el grueso de un proyecto que tuvo amplio impacto social y mediático. Los trabajos se iniciaron en 1988 y concluyeron en 1990. Las actas de un congreso internacional celebrado en 1991, en dos volúmenes son el mejor testimonio.

    En aquel encuentro pudimos escuchar la docta palabra de Thomas Connoly, acerca del simbolismo de los pórticos de las iglesias. En esos temas de carácter más especulativo se inserta la brillante ponencia del Dr. Villanueva, sobre la propia “imago musicae” del Pórtico de la Gloria. No faltaron solventes trabajos acerca de las cuestiones codicológicas y notacionales. Pero el núcleo del proyecto se centraba en la idea de construir unos instrumentos que reprodujesen en madera los esculpidos en el Pórtico de la Gloria. Se montaron andamios para tomar medidas, se observaron los restos de policromía, se comprobó que las figuras tienen una calculada deformación (cuando se ven de cerca), introducida para que desde abajo se vean correctamente; se organizaron los correspondientes talleres de luthería y allí trabajaron hasta una decena de especialistas de reconocido prestigio, como Sverre Jensen, ocupándose cada uno de determinados instrumentos: arpas, fídulas, salterios, el organistrum...siempre en la apolínea esfera de la cuerda.

    Todo un mundo se abría a los ojos de los investigadores, pues, aunque los instrumentos del Pórtico son muy realistas, no pueden aportar datos que interesan a los constructores, como por ejemplo si tienen alma o no (lo que afectaría a los tipos de tensión de las cuerda), o cómo son de gruesas sus tapas, qué afinación tenían, etc...Pero lo cierto es que se construyeron y el profesor Villanueva, después de haber meditado sobre la “imagen de la música de Pórtico”, y después de aplicar finalmente los cuatro criterios de la exegesis bíblica de la lectura de esa escenografía de piedra, fue capaz de volver una vez más a la práctica y de encargarse, junto a su Grupo, de hacerlos sonar en Madrid, y en varias otras capitales europeas en 1992, asi como en los “Cloisters” y el Metropolitan de Nueva York, representando a España en el “V Centenario del Descubrimiento”.

    Los instrumentos, aunque aparentemente acabados, necesitaban un período de rodaje y hubo otros detalles: el haber optado por maderas jóvenes llevó a un deterioro rápido de los prototipos, con el problema añadido de tener que adaptarnos a instrumentos totalmente desconocidos para nosotros, Todos los que hoy circulan, son de una segunda y tercera generación. Los originales están en las vitrinas de la “Fundación”. Hablando de un seminario organizado en la Universidad de Oviedo, se trató de la preparación de los materiales que han de tener en sus atriles el intérprete de un grupo de música antigua. De una cantiga, por ejemplo, solo se conserva la melodía con su texto, así que si queremos interpretarla con voz e instrumentos hay que establecer ciertos criterios. Este tipo de arreglos es crucial en la música antigua. Se leyó también alguna pieza del “Calixtinus”, sin más pretensiones que probar algunas combinaciones tímbricas, el juego de las repeticiones, la alternancia de la voz y los instrumentos, etc.

    Este es solo uno de los muchos recuerdos que conservo de Carlos Villanueva, pues si tuviese que glosar su figura a modo de “biobliografía” académica, necesitaría muchas páginas. En efecto, sus trabajos sobre los villancicos gallegos, sobre Vaquedano, los estudios de Joám Trillo en torno a algunas catedrales, los agudos análisis acerca de la música de Alejo Carpentier, sus tesis dirigidas, sus valiosas estancias en la Universidad de Pennsylvania, la novedosa y necesaria reconsideración de Víctor Said Armesto, la reflexión sobre música y nacionalismo o la música y la emigración, entre otros más, mostrarían más al completo las ricas facetas de su perfil intelectual. Imaginamos que pese a su jubilación, la Universidad de Santiago, a laque tanto dio, sabrá contar con él como mejor proceda para no perderse lo mucho que aún es capaz de aportar.

    09 jul 2020 / 23:58
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