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O PSdeG-PSOE na encrucillada

ASUMO a pouca orixinalidade do titular desta crónica dominical, do seu uso e abuso en moitas ocasións para saír do apuro, pero no meu descargo hei de dicir que esta vez os socialistas galegos sí se atopan nun intre moi delicado, un tanto desorientados e non sabendo moi ben por onde tirar. Co gallo da ponte da Constitución, martes e mércores vindeiros celebrarán en Santiago o XIV Congreso Nacional Galego, co que a dirección entrante tratará de recuperar o terreo perdido nos últimos anos para volver a ser a segunda forza en Galicia e desde aí tentar o asalto á Xunta.

Os congresos do PSOE perderon interese e relevancia desde que se elixe previamente o secretario xeral. Este modelo presidencialista converte aos conclaves en trámites formais, pero con escaso poder decisorio. Todo chegará ben cociñado polos organizadores, sempre da corda do secretario xeral, aínda que haxa que cambialos no medio da partida como sucedeu nesta ocasión. O maior beneficio está na súa utilización como escaparate mediático para o novo líder, neste caso Valentín González Formoso, sempre que non lle tiren unha pedra, como ameaza o seu opoñente perdedor Gonzalo Caballero. A presenza de Pedro Sánchez, quen non parecía moi animado a vir, dará lustre ao evento, pero tamén desviará os focos de quen máis os precisa, Formoso, e dará razóns á principal rival, Ana Pontón, cando lembre o continuismo na submisión dos socialistas galegos a Madrid.

A clave fundamental está en ver cal vai ser a posición de Caballero a partir do día seguinte. O que se diga e vexa durante o congreso pode servir para recuperar a unidade, ou non, tal como sucedeu despois da aparente fraternidade coa que vencedor e vencido fotografáronse no Parlamento galego. Ambos os dous desenfundaron ao pouco os coitelos que gardan sempre ben afiados.

Formoso obtivo un cómodo triunfo nas primarias, cun 20 por cento máis de apoios, pero a porcentaxe sen máis, espida, pode inducir a erros de lectura. En realidade o partido dividiuse en dous, entre o norte e o sur, cun fito de gran relevancia: Vigo. Certo que o potencial olívico non pertence ao sobriño, senón que provén do tío. A actitude do alcalde de Vigo será decisiva para consolidar ao presidente da Deputación coruñesa. Sánchez terá que mediar.

No se habla de otra cosa

EN las dos grandes ciudades de Galicia no se habla de otra cosa. No del mismo asunto, sino de cosa diferente, aunque ambas tengan que ver con la legalidad. En Vigo, el brillo de las luminarias no logra ensombrecer oscuros asuntos en torno al Ayuntamiento. Un muy leal funcionario acaba de ser condenado por el Tribunal Supremo a cinco años y tres meses de prisión por delitos de prevaricación, malversación y falsedad documental que, traducido al lenguaje del pueblo llano, se resume en que enchufó a una sobrina de la actual presidenta de la Diputación de Pontevedra, a la sazón primera teniente de alcalde del Ayuntamiento olívico. Ni la tía de la enchufada ni el alcalde sabían nada del asunto -y el chivo expiatorio no se chiva- pero la Justicia no les deja quedar bien. No se enteran de lo que pasa en su casa. Como tampoco les consta nada en relación a unas denuncias sobre ventas de plazas de policías y bomberos. En A Coruña, el monotema es la inseguridad. Una ciudad tranquila, como las del resto de Galicia, es noticia a diario por el incremento de actos delictivos, la mayoría en Os Mallos donde hay numerosos inmuebles okupados. La alcaldesa, que quitó hierro al asunto, ahora culpa al Gobierno porque no actúa la Policía Nacional como es debido. ¿Pero no eran sanchistas todos los regidores socialistas?

La no reforma constitucional

La reforma de la Constitución es materia socorrida desde su promulgación. Y así continuó como objeto de análisis y debate en las vísperas de cada aniversario, como este, mañana 6 de diciembre, que hace el número 43. En aquel 78 pocos podían prever que traería el periodo más largo, próspero y estable de la historia de España. Y todo indica que tendrá larga vida. Tras las derrota de ETA y del secesionismo catalán, junto al declive de Podemos, el ruido sobre la reforma bajó muchos decibelios. Cuatro décadas después, quienes estaban en contra en aquel momento lo siguen estando, con la diferencia de que entonces mostraban coherencia acompañando las palabras con los hechos. El ejemplo lo tenemos en el BNG, cuyos tres primeros diputados autonómicos antepusieron los principios a los cargos. Pagaron con la expulsión del Parlamento de Galicia por no acatarla. Ahora se engañan a si mismos, -a nadie más- utilizando fórmulas ridículas, calificándolas de imaginativas, con el consentimiento casi general porque resultan inocuas. Valoro la coherencia de los primeros tiempos, pero también la incoherencia estética de quienes hoy dicen estar en contra pero ejercen su actividad política dentro de ella. Es útil, vale para todos. Mañana la noticia será la no reforma. Tenemos Constitución para cien años. Y que lo veamos.

05 dic 2021 / 01:00
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