Padres, hijos y tareas telemáticas
LO que parecía que iban a ser horas y días interminables de confinamiento, se están convirtiendo en jornadas maratonianas en las que apenas nos llega el tiempo para sacar adelante las obligaciones cotidianas. Todos hemos intentado adaptarnos al teletrabajo de la mejor manera posible y con los medios a nuestra disposición; aunque, aislados en nuestros hogares, y rodeados de familiares que requieren nuestra atención, la tarea no siempre resulta fácil.
Es verdad que le dedicamos mucho tiempo a nuestros hijos, y que intentamos atender sus necesidades de ocio y de ejercicio para cuidar su salud mental y física. Nunca hemos cocinado en familia tan a conciencia, ni aprovechado tanto los víveres para evitar abusar de las salidas al supermercado.
Asimismo, nunca hemos estado tan atentos a las tareas de unos menores que hasta ahora parecían autosuficientes a la hora de estudiar y hacer sus deberes. Los profesores están realizando un esfuerzo encomiable para programar actividades, ofertar recursos y proponer quehaceres. Quienes hasta ahora considerábamos que una exposición excesiva a las nuevas tecnologías a una edad temprana podía ser perjudicial para los niños, frenar su imaginación, e incluso limitar su capacidad para expresarse, escribir y leer con corrección, ahora no es que permitamos que usen la mucha o poca tecnología de la que disponen, sino que les prestamos la nuestra, entre otras cosas, porque la necesitan para poder cumplir sus encargos telemáticos.
Hay pequeños que hasta han aprendido a escribir a ordenador con cierta soltura, para desesperación de padres y madres que necesitan esos mismos equipos que nos solicitan una y otra vez. Después viene el proceso de escaneo, conversión de formatos y envío de trabajos; labores que, seamos realistas, al ser ellos tan jovencitos, más bien nos las han encomendado a padres y madres, siempre que tengamos recursos y conocimientos, claro.
Con la desescalada, se baraja la posibilidad de que los niños puedan volver a los colegios si sus padres así lo necesitan por motivos de conciliación laboral. Y nos dicen esto a la vez que se están estudiando casos de niños con infecciones y patologías que podrían estar relacionadas con la covid-19 (son entre veinte y treinta los casos ya detectados en España).
Los expertos nos dicen que son casos aislados, que no nos preocupemos; palabras que no sólo no nos tranquilizan, sino que nos recuerdan sus llamadas a la calma cuando se evidenciaron los primeros contagiados, y cuando aseguraban que era como una gripe, y que tendría un escaso impacto en nuestro país.
Por mucho que nos esté costando conciliar trabajo y familia, y por muchas tareas que los profesores de nuestros retoños nos sigan encargando, no deseamos que corran riesgos sanitarios, ni nuestros hijos ni los docentes. No queremos exponerlos a lo que sería, a todas luces, un precipitado regreso a las aulas.