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Palomas

HOY volvemos a Alejandro Palomas. Sí. El de la trilogía Una madre, Un perro y Un amor. Esta última recibió, en 2018, el Premio Nadal, uno de los más prestigiosos de la península, del que se hicieron acreedores genios de diversas trayectorias pero semejante profundidad, como Álvaro Cunqueiro (Un hombre que se parecía a Orestes, menuda barbaridad), o Lorenzo Silva, o Carmen Laforet, o José Ángel Mañas, o Miguel Delibes, o Elena Quiroga, o Francisco Umbral, o Fernando Arrabal, o Alfredo Conde, o Gustavo Martín Garzo, o Sergio Vila-Sanjuán, o Andrés Trapiello, o Maruja Torres... Pensándolo bien, harían falta varias generaciones de narradores de primer orden para conformar una lista tan brillante y variopinta como ésta, ¿no? Pero, también, el hombre que nos ocupa hoy es el gestor de la formidable Un país con tu nombre, que se publicó hará ahora aproximadamente un año... Pues bien. Ustedes son plenamente conscientes de que cualquier creador sigue habitualmente una evolución lógica que suele ir a más, hasta llegar a un punto culminante tras el cual ya es muy difícil que alguien se supere a sí mismo. Señores: esa cumbre ha llegado para este notabilísimo autor. Acaba de editar, en Destino, como siempre, una obra de la que nadie podrá olvidarse jamás. Se llama Esto no se dice. Y casi no hay forma de describirla...

lo innombrable. “El 26 de enero de 2022, en el curso de una entrevista en el programa Hora 25 de la Cadena SER, hice público que entre los ocho y los nueve años de edad fui víctima de abusos y agresiones sexuales continuadas por parte de un docente religioso del colegio La Salle de Premià a quien, por recomendación de mi abogada, llamé en aquél entonces hermano L...” Así comienza el libro. Pueden suponer la que se montó. El eco que tuvo en toda la prensa. Lo que el mismo Alejandro relata como un “frenético torbellino de atención mediática, de la que fui foco y protagonista...” Las reuniones con gente diversa, incluido el Presidente del Gobierno, sirvieron para que un hecho así no cayera en saco roto. En este último caso, “para mantener con él una conversación privada sobre las medidas que su partido tenía previsto presentar en sede parlamentaria con el fin de acabar con la lacra de los abusos a menores por miembros de la Iglesia Católica...” Lógicamente, a más de uno le vendrán a la mente casos muy concretos más o menos parecidos. El del pianista James Rhodes, o los descritos en el formidable film Spotlight de Tom McCarthy. Pero lo fundamental, en este caso, es cómo alguien puede alcanzar semejante altura describiendo una historia tan terrible y sincera. Absolutamente magistral...

02 ene 2023 / 00:00
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