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Paradojas

    NOS habían enseñado aquello de que “la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma”. Lo que no nos habían dicho es que las energías se agotan ó que sus precios de mercado pueden alcanzar cifras inasumibles. Son muchas las veces que nos cuentan sólo lo que es agradable de contar porque es lo que nos apetece oír. Es lo que muchos llaman la “paradoja de la media verdad”.

    Algo parecido nos pasa con todos esos bienes que, por comunes en nuestro mundo desarrollado, siempre creímos accesibles, inagotables e imprescindibles. El agua es un buen ejemplo. ¿Quién iba a sospechar que en Galicia andaríamos con problemas de suministro y abastecimiento de agua? Pues no hay más que ver nuestros embalses o las casas de Aceredo en Lobios, que sólo emergen cuando los niveles de agua están francamente mal. Es lo que muchos llaman la “paradoja de no mires arriba”. Y es que, a pesar de lo previsible de algunas cosas, cómo cuesta mirar en la dirección correcta cuando no nos interesa.

    Que se lo cuenten sino a Europa y a los gobiernos Europeos. Porque ¿quién, en su sano juicio, pensó que si Occidente sancionaba a Rusia, ésta no contestaría con la moneda del desabastecimiento? Ahora nos piden que ahorremos, con la luz subiendo un 4,7% y el precio del gas ascendiendo un 3,3%. Tarde, como siempre. La paradoja de querer coger el tren cuatro paradas delante de dónde tocaba.

    Y porque no sólo de luz vive el hombre, entre tardeo y tardeo de verano, mientras Wuhan confina a un millón de personas por cuatro casos de covid, aquí seguimos de fiesta con niveles de virus disparados en las aguas residuales. La paradoja de los españoles, estarás pensando. Pues no te creas. Sólo en el aeropuerto de Los Ángeles han recontado más de 400 positivos sólo entre su personal de seguridad. Realmente somos una paradoja como especie. Menos mal que nos vamos de vacaciones...

    Nos vamos “si cuadra”, como dice un amigo. Porque si tienes tu billete reservado con RyanAir, átate los machos. Y es que... ¿a quién se le ocurre confiar el 50% de los vuelos del Rosalía de Castro a una sola compañía? ¿Quién lo hizo no asistió a la típica clase de primero de economía en la que te explican eso de “no poner todos los huevos en la misma cesta”? A ver si se filtran esas lagunas con el examen de madurez académica de la nueva selectividad. No sé qué nombre ponerle a la paradoja de modificar cada dos por tres ese examen para no mejorar nada.

    Feliz verano a todos.

    28 jul 2022 / 01:00
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