Pasaporte europeo
LOS países del sur Europa presionan a los 27 porque quieren que se reanude cuanto antes el flujo de turistas, con todas las prevenciones que imponga la lucha contra la pandemia, para que vuelvan a sus ciudades y costas para salvar la economía. Los países del centro del continente también quieren que se establezca algún tipo de certificación que aligere las restricciones en su vida comunitaria, y otros países del norte ensayan fórmulas de certificados de vacunación que facilitan los movimientos de quienes están inmunizados.
Si en otras ocasiones el debate sobre las consecuencias de la pandemia ha sido resolver el dilema entre salud y economía, ahora el futuro salvoconducto europeo introduce una nueva variante, la del derecho a la protección de datos, a que no se produzcan discriminaciones por haber recibido o no la vacuna cuando hay disposición a ser inoculados contra el virus y que puede dar lugar a una desigualdad sobrevenida, en una circunstancias en las que algunos ciudadanos podrán viajar y hacer turismo y otros tengan que quedarse en casa porque las vacunas son escasas.
Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como la canciller alemana, Angela Merkel, despejaron el camino al establecimiento de un mecanismo comunitario que permita o favorezca “salvar el verano”, que es tan necesario para las economías del sur de Europa. El primer paso está dado, salvadas las reticencias de otros países, pero es preciso actuar ya para poner en marcha una iniciativa que llevará como poco tres meses para establecer sus condiciones técnicas, la forma en la que se concretará y cuál será su contenido, desde el certificado de vacunación, a las pruebas realizadas con resultado negativo para el COVID-19, o la presencia de anticuerpos, y además se necesita que haya estudios sobre si los vacunados pueden seguir contagiando la enfermedad.
Una vez más la UE, y sobre todo las autoridades de Bruselas, se encuentra ante un reto en el que tiene que demostrar su capacidad de establecer mecanismos comunes y hacerlo con la rapidez y seguridad que exige una situación excepcional. La extensión de la vacunación es el aval al desarrollo económico y a la vuelta la normalidad.
Los gobiernos europeos, en consonancia con la Comisión Europea, mantienen que en el entorno del verano estará vacunado el 70 % de la población europea, y por tanto es lógico establecer que a medida que haya cada vez más grupos inmunizados sean más frecuentes las autorizaciones de los desplazamientos, sin trabas ni cuarentenas.