Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Por ahí no

    AUNQUE a estas alturas de desarrollo constitucional y autonómico pudiera parecer innecesario, habrá que seguir aclarando cosas para el buen funcionamiento de Estado de las Autonomías. La primera de todas, y hasta me da un poco de vergüenza pensar que sea necesario recordarlo, es que se trata de un proyecto común a todos, es decir, un Estado, uno sólo, que se articula sobre la base, entre otras, pero esta principal entre todas, del reconocimiento del derecho al autogobierno de las nacionalidades y regiones que lo componen.

    Dicho así, no parece necesario incidir e que, precisamente por eso, por tratarse de un Estado, sólo uno, esta condición de respetar el derecho al autogobierno de sus partes territoriales constitutivas, debe ejercerse, ineludiblemente, partiendo de un respeto idéntico, sin matices, a un principio de igual reconocimiento a iguales derechos. Y que todas las comunidades autónomas tienen reconocidos los mismos a no ser que la propia Constitución señale especificidades, como es el caso, por ejemplo, del cuidado, enseñanza y promocíón del uso de las lenguas propias. Pero nada más que lo que expresamente se establezca en el texto constitucional. Ahí empieza el reconocimiento y se demarcan las garantías. No hay más.

    Dicho lo anterior, que el presidente de la Generalidad de Cataluña diga que no es necesario que él asista a la Conferencia de Presidentes convocada por el presidente del Gobierno, porque ellos, los catalanes, “ya tienen un sistema de relación bilateral con España”, es confundir churras con merinas o mear fuera de tiesto, que tanto da. En todo caso, eso dependerá de sobre qué asuntos vaya a tratar la tal Conferencia de Presidentes, y a la vista del orden del día de esta que se convoca ahora, en ninguno se da la circunstancia de que afecte o atienda a una o varias de las comunidades pero no a las demás.

    Saben ustedes que se trata de asuntos financieros de interés común. Así que no hay lugar, en absoluto, a que sean tratados por separado entre unos y otros, y menos aún a que se tomen sobe ellos decisiones que no tengan el amparo del acuerdo si pudiera ser incluso unánime de todos, pero adoptado, en cualquier caso, en un órgano en el que estén presentes todos, como sucede con la Conferencia de Presidentes.

    La otra advertencia que no me da menos vergüenza hacer, es la de que las relaciones bilaterales entre el Gobierno y esta o aquella comunidad autónoma, en ningún caso, absolutamente ninguno, en asuntos de interés común, como lo es, por ejemplo, el de la financiación autonómica, nunca, nunca, nunca pueden suplir la regla de la multilateralidad, so pena de incurrir en la más grosera inconstitucionalidad.

    Diré una cosa más que tampoco creí que fuera ya necesario decir: un Estado debilitado también significa la pérdida de las garantías necesarias para el ejercicio del derecho al autogobierno de las nacionalidades y regiones que lo componen. Es simplemente estúpido querer imaginar un Estado fuerte con regiones débiles, porque ya le hemos dicho que no cuando aprobamos la Constitución, pero también de regiones fuertes en un estado débil, porque no puede ser y además es imposible.

    29 jul 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.