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Protestas en Cuba

    EN la última novela de Leonardo Padura, Como polvo en el viento, el trasfondo de todo lo que le ocurre al grupo de amigos, el Clan, de los que se cuentan sus peripecias vitales, como en el resto de sus novelas que transcurren en Cuba, son las sucesivas crisis económicas por las que ha pasado la isla desde la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, que impulsaría a la mayoría de ellos y a sus descendientes a abandonarla. A esa situación de penuria se suma el control policial y la falta de derechos civiles que lleva a uno de ellos a afirmar que “en Cuba lo que no es ilegal está prohibido”.

    La situación económica de la isla lejos de mejorar continúa empeorando, afectada ahora además por la lucha contra el COVID-19 que implica destinar más fondos a la lucha contra la pandemia, un caldo de cultivo que es propicio para que se produzcan revueltas y protestas que el régimen cubano, dirigido por Miguel Díaz-Canel, trata de aplacar por los métodos habituales, la represión de los disidentes utilizando para ello todos los medios a su alcance incluidas las organizaciones de masas” –Comités de Defensa– en las que se ha sustentado el control de la ciudadanía en apoyo de las fuerzas policiales y militares.

    La situación económica es tan grave qué hasta el ministro de Economía, Alejandro Gil, admitió hace ya unos meses,que para superarla se requiere del aumento de las exportaciones, Al tiempo, la medida aprobada por el Gobierno de dolarizar parcialmente la economía no ha hecho sino agrandar las diferencias entre los cubanos sin que todos puedan tener acceso a los alimentos y productos básicos.

    En este aspecto en Cuba llueve sobre mojado, pero la sociedad civil se encuentra cada vez más organizada y la escasa clase media de la isla demanda más libertades económicas para luchar contra la miseria. No olvidemos que el pasado año se había convocado una “protesta nacional pacífica por una Cuba próspera”, desde el 31 de octubre y hasta el 17 de diciembre, que se sumó a otra realizada el 10 de octubre en favor de los derechos humanos.

    En este continuo ambiente de descontento social el régimen cubano había recibió como un triunfo de su diplomacia su regreso al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, mientras que las organizaciones de derechos civiles de dentro y fuera de la isla no han cesado de señalar la contradicción que supone ese reconocimiento a un país que tiene en sus cárceles a 138 presos políticos. Una elección motivada por el desinterés de muchos países de estar presentes en ese foro, por lo que la candidatura de Cuba se aprobó por la ausencia de otros competidores.

    Y para complicar aún más las cosas, los rumores sobre el mal estado de salud de Raúl Castro son, desde hace ya bastantes meses, cada vez más intensos. Aunque últimamente ha aparecido en alguna que otra reunión para acallarlos, distintas informaciones apuntarían a que padece un cáncer en avanzado estado.

    15 jul 2021 / 01:00
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