Que nos digan la verdad

NO HABÍA COMITÉ DE EXPERTOS en Salud y nos mintieron. Ocultaban cifras de contagiados y nos mentían. Dicen que no saben donde está el Rey emérito y nos mienten. En las plataformas sociales menudean inculpaciones al adversario con afirmaciones falsas. Y las cifras tan dispares de manifestantes según de quien las dé encubren mentiras. La falta de veracidad es una forma de mentira. Nos conviene

una regeneración social en favor de la verdad. Que tengamos confianza en nuestros gobernantes. Y en nuestros vecinos. Que pueda confiar en el tendero y en el fontanero.

La vida social se entenebrece sin confianza. En los juicios americanos se pide a los testigos que juren decir la verdad y el que falta a ella es condenado por perjurio. Nixon hubo de renunciar a la presidencia USA por mentir a la Nación, y la sociedad norteamericana no soportó esa mentira. Entendió que el país caminaba hacia un declive si la cohonestaba. El mentiroso cava su descrédito y al fin es pillado antes que un cojo.

Es difícil decir siempre la verdad y actuar en ella, cuanto es difícil ser siempre bueno. Pero hay que exigírselo. El octavo mandamiento de la Ley de Dios prohíbe mentir y dar falso testimonio. Resulta una excelente regla de circulación por la vida. ç

Nos traicionan el olvido, el amor propio, el temor al ridículo. Los poderosos lo tienen más crudo, siempre con un micrófono abierto ansioso de declaraciones y con oponentes al acecho. Pero necesitamos que sean veraces los jefes, y el Mundo necesita que seamos también veraces los indios.