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Rogativas

    MUCHAS personas compartimos el dolor y sufrimiento que experimentan los afectados por el volcán de La Palma y deseamos que todas las fuerzas de seguridad, sanitarios, protección civil y autoridades actúen eficazmente para mitigar su dolor y en la medida de lo posible sus pérdidas materiales.

    Como en otras desgracias se han organizado rogativas para que cese la erupción. Es lo mismo que sucede cuando en algunos sitios no llueve durante mucho tiempo y se saca al santo en procesión. Respetando las posiciones y creencias de todas las personas, pienso de la misma manera que lo hacen muchos cristianos: Dios no es un mago poderoso que actúa aquí o allá haciendo milagros como una especie de hechizo.

    Tampoco ese tipo de rogativas proyectan una imagen de Dios correcta. Dios no es un tapa-agujeros atento al mundo, pero pasivo y actuando solo con intervenciones puntuales de carácter más o menos milagrosas movidas por las peticiones de sus fieles. Dios no puede interrumpir las leyes de la naturaleza porque son un reflejo de su amor. Dios no puede hacer que no se conserve la energía ni que el ángulo recto no tenga 90 grados. Dios actúa siempre y en todo lugar.

    En La Palma lo hace por medio de todas las personas que están colaborando en mitigar esa desgracia y por medio de los movimientos de solidaridad que están surgiendo y en el consuelo de las personas afectadas.

    En un cuento, una vez un sacerdote estaba con sus fieles en una iglesia, cuando se desató una gran tormenta acompañada con una lluvia que parecía un diluvio. El agua empezó a entrar y a subir de altura en el templo. Los fieles empezaron a irse aconsejados por protección civil que había acudido, dado que la situación se agravaba. El sacerdote se resistía diciendo que se rogase y que el Señor acudiría.

    Los fieles se fueron todos no sin antes intentar convencer al sacerdote que saliese de la iglesia dado el peligro que corría, pero el sacerdote seguía en sus trece. Finalmente acudió una balsa de salvamento con policías, pero el sacerdote siguió sin querer salir, convencido en su confianza en el Señor, pereciendo ahogado finalmente.

    Al llegar al cielo, regañó muy enfadado al Señor porque no había acudido en su ayuda. Dios le respondió: te he enviado a varias personas de protección civil, luego tus fieles han intentado convencerte en salir y salvarte, luego te envíe una lancha y tú has despreciado toda mi ayuda por tu testarudez.

    Actualmente hay también una cierta testarudez en algunos sacerdotes e incluso obispos en promover ciertas rogativas y peticiones proyectando un Dios mágico, como si fuese cualquier Superman. Tampoco saben contestar a la pregunta: ¿Dios espera a las rogativas para suprimir el dolor? ¿No es un poco ingrato el permitir tanta desgracia hasta que se hagan las rogativas?

    Dios no puede actuar y comunicarse nada más que a través del mundo y de las personas que habitan en él. La experiencia de muchos cristianos indica que no hay que buscarle en lo llamativo, ruidoso y poderoso sino en lo escondido, suave, silencioso y sencillo.

    22 oct 2021 / 01:00
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