Romay Beccaría

RESULTA lógico que, en algún momento, alguien como José Manuel Romay Beccaría quiera dejar testimonio de lo que ha vivido. Por eso ha escrito un libro que lleva su nombre y, como subtítulo, Vida y Pensamiento Político. Pues bien, ante un reto como éste, un autor puede asumirlo planteándolo de múltiples maneras; y, cada vez que esto sucede, la forma en que se trata la cuestión define a quien lo escribe.

En este caso Romay inicia su andadura aludiendo a sus primeros años, a su formación y, sobre todo, a su familia, con cariñosas citas a sus componentes. En la parte final, en tanto, nos aproxima a sus mejores amigos, configurando un amable e inteligente perfil de cada uno de ellos. Llama la atención, también, el buen trato, y la consideración, con que recuerda a quienes lo acompañaron en la aventura de forjar un partido en una provincia como la de A Coruña; y lo hace nombre a nombre, siempre con el respeto y el agradecimiento debido...

Cuenta con dos prologuistas por los que siente un especial cariño. Por una parte Rajoy, que lo considera “un hombre de acción y reflexión”. En tanto Núñez Feijoo lo reconoce como “un militante del saber”. Así es, qué duda cabe; estamos ante un hombre, sobre todo, leal, de una gran cultura –forjada en múltiples lecturas–, muy educado, bondadoso y cercano. Quien escribe hace un buen recorrido por su propia vida; el libro lo refleja bien.

Su estructuración supone una formación sólida, capaz de aproximarnos a tantos y tantos aspectos de una biografía en la que el trabajo abunda, siempre realizado con un inalterable sentido de lo que es ese servicio público en el que ha volcado toda su experiencia y entrega, soñando esa mejora social a la que debe de aspirar, siempre, la acción política.