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Reseña Musical

“Solo Mozart”, bajo la batuta de Jan Willem /La Banda Municipal en Fontiñas: “Cuarteto de clarinetes”

    Concierto en el Auditorio de Galicia- 20´30 h.- en un monográfico mozartiano, en el que se incluyen un par de rarezas que le escucharemos a la”RFG”, bajo la dirección de Jan Willem, que también nos participara de la sesión “Conversando con...19´45”. La sesión de mañana, se ofrecerá en el Círculo das Artes, de Lugo. Un director que ejerce en la “Orquesta Sinfónica de Barcelona i Nacional de Catalunya”, y que fue Residente de la “Orkest de La Haya”. Durante un largo período, fue director y fundador del “Combattimento Consort”, de Amsterdam dedicado a la recuperación de repertorios desde el XVII al XVIII, de compositores holandeses. Etapa que ejerció entre 1982- 2015. Una larga experiencia profesional que le llevó a dirigir formaciones como la “Zuidnederland P.O.” , la “Concertgebouw”, la “WDR Orchester”, la “Tonhalle O.”, la “O.P. de Stuttgart”, la “Bergen Philharmonic”, la “Berlin Konzerhaus”. La “NDR Orchester” o la “Orkest Vanhet O.”. En el apartado operístico, destacan obras de Montecerdi, G.F.Haendel, G.F. Telemann, W.A. Mozart o Gassmann.

    Rarezas mozartianas, por un decir, junto a la “Sinfonía en Sol m. Nº 40 K. 550”. Entrada con la obertura de la ópera “Lucio Silla K. 135”, ópera que tuvo un libreto de Giovanni Gamerra, que entonces comenzaba tener cierta celebridad. Fue la tercera y última de encargo con destino a Milán, y a pesar del éxito, finalizará con ello su carrera italiana en el ámbito operístico. Se mantiene en el espacio de la llamada ópera seria y para los roles principales, en su estreno en el Regio Ducal Teatro, el 26 de diciembre de 1772, contaría con e castrato Venanzio Rauzzini, para quien escribiría el motete Exultate Jubilate K. 165”, página que actualmente se escucha con frecuencia, interpretando el papel de “Giunia” Anna de Amicis, a la que consideraba gran amiga. El papel del protagonista había sido confiado a tenor Bassano Morgoni, de Turín, incorporado a última hora tras el abandono de Cordoni, por una indisposición. Prescindiendo de la movilidad interna y de la inhabitual elaboración instrumental, el “Luccio Silla” presenta en su configuración externa ciertos rasgos sorprendentes, sin que fuera posible reconocer una orientación inequívocamente nueva de la ópera seria. En cualquier caso, es evidente el desplazamiento del punto de gravedad de la música. La contracción del proceso de algunas escenas o serie de ellas importantes, determinó la ruptura del claro equilibrio existe en la disposición dramática de las arias y de los recitativos.

    Una selección de pasajes instrumentales del singspiel “Thamos. König in Aegypten K.345”, en esencia tres coros y cinco intermedios, en los que los cantantes están asistidos por cuerdas, maderas y metales. Diez personajes sobre un texto de T.P. von Gebler. El autor tuvo la oportunidad de acercarse al teatro alemán de menor calado, a través de una extraña mezcla de singspiel, tragedia y ballets, para una compañía del empresario Böhm y de su sucesor, el incuestionable E.Schikaneder, que había llegado a Salzburgo y que cultivaba desde el “Hamlet” shakespereano a las operetas de F.A.Philidor. El músico aprovechó para recuperar dos coros destinados al drama heroico “Thamos. König in Aegypten”, firmado por el Consejero Austríaco de la Corte de Bohemia Tobias Philipp von Gebler, que se había ofrecido en lugares como Presburg (Bratislava), Viena y Salzburgo, en 1776. La relación entre ambos pasó por importantes altibajos y el hecho de pertenecer a la masonería, abrió un mundo de posibilidades. Algunos de los personajes de la obra, tendrán profundas afinidades con los de “La flauta mágica” o “Idomeneo”. Los intermedios orquestales, fueron escritos para la representación en Salzburgo, en enero de 1776.

    La “Sinfonía en Sol m. nº 40 K. 550”, corresponde a un período boyante, entre divertimentos y otros trabajos camerísticos y la serie de las tres últimas sinfonías, no tuvieron la ocasión de llegar al público. Mozart no podía pensar que las lanzaba como si se tratara de un testamento echado al mar en una botella. Mozart no podía entregarse a la angustia del momento, pretendiendo enlazarse con el drama de su existencia, como hombre y como creador. Las bocanadas de esperanza que atravesaban las obras su juventud son ahora escasas, pero el pensamiento se ha hecho más denso. Ya no es la furia del adolescente que se alza contra el Destino, es el coraje de un hombre de 32 años, que reconoce las amarguras y los fracasos, pero que puede vanagloriarse de no haber capitulado jamás.

    Mila, profundo estudioso del salzburgués, dirá: “Ocurre, así, que en la “Sinfonía en Sol m.” En el fondo puede aparecer clásica y de inalterada belleza, por no decir infantil y de jocunda serenidad. Pero sobre él se asientan, mucho más pesados que en otras partes, esos detalles elegíacos, esas nubes de divina tristeza , esas vetas de melancolía inexplicable, que corren el riesgo de pasar inadvertidos a quien espera del dolor la exhibición de grandes gestos teatrales y románticos.” Ya en el, primer tiempo, en forma sonata, está caracterizado por una melodía amplia y cantable desde el primer tema “Presto” , elaborado merced a un juego de contrates dramáticos plenos de inquietud y fantasía. Con motivo de una previsión para una academia, el músico añadirá, en su reelaboración de 1771, un par de clarinetes. El grupo de estas sinfonías finales, no encuentran una idea inmediata, sino que más bien claman a la eternidad, sin llegar a formar un ciclo en sí mismas.

    La Banda Municipal en el “Ciclo de Outono”, se traslada al Centro Cultural de Fontiñas- 19´00 h.-, en un programa en el que tendrán protagonismo el cuarteto de clarinetes que está representado por Javier Pazos Pintor- clarinete primero-; Rafael Torres- clarinete segundo-, Braulio Manuel Cao Ledo- clarinete tercero- y Simón Couceiro Rivera, clarinete bajo, del que se escuchará “Estrasantico”, avezado compositor por la veces que pone obras en atriles y que es heredero de la prestigiosa escuela de Antón García Abril. Otras curiosidades suyas, son la banda sonora sinfónica “A batalla de Matalobos” o la obertura folklórica “Tequexetéldere” y la “Muiñeira de Comadres”. Para comenzar, el norteamericano Clare Grundman, con la “Bagatelle”, autor de bandas para el cine, la radio y la tv, abundando en su catálogo arreglos y transcripciones de importantes musicales, siempre para banda y procedentes de títulos de éxito como la suite “Candide”, de L.Bernstein; “A Copland Portrait”; la “Sommerset Rhapsodie Op. 21 “, de Gustav Holst; “Slava!”, de Leonard Bernstein o “Divertimento”, tomado del mimo compositor.

    Henri Mancini con “Moon River”, una de sus perlas de gran divulgación, en sus especialidades para el cine, desde “La pantera rosa” a “Días de vino y rosas”. Compañero en lides de Blake Edwards, se había formado en la prestigiosa “Juilliard School” neoyorquina y en esa etapa, tuvo el privilegio de congeniar con Glenn Miller, integrándose en una de sus formaciones orquestales, aireando a gusto lo más granado del “swing”, en sus mejores esencias y en la década de los cincuenta, llegará los años productivos en la “Univeral”, colaborando como arreglista, director y compositor en la sombra, con un trabajo para “Sed de mal” , de Orson Welles. “Swing”, pues, de ello va el tema, ya que en programa se anuncian piezas de Gershwin, de los musicales “”Oh Lady be good” y “Liza”. Un eterno incondicional de Broadway, destinado al éxito seguro durante el espacio de dos generaciones, sin que haya decaído en la actualidad, compartiendo primera línea junto a Jerome Kern, Richard Rodgers, Irvig Berlin-un ilustre exiliado-, Cole Porter o Harold Harlen. Glen Miller de nuevo, por “American Patrol”, uno de sus potros de carrera a todo trapo. Miller se había fogueado con maestros de talla, nombres como Red Nichols, Benny Goodman o los hermanos Dorsey, pero por cuenta propia, marcó un sonido reconocible.

    Una curiosidad y en arreglo para banda, la “Meditation” de la ópera “Thaïs”, de Jules Massenet, es frecuente escucharla en arreglos camerísticos en las combinaciones más variadas e incluso para piano a solo. Una “Meditation” que se vale por sí misma, de esa ópera sobre un libreto de Louis Gallet, que se inspira en un relato de Anatole France, y que se estrenó en la Ópera de París, en marzo de I894. De “Lela”, canción de Rosendo Mato, tuvo y mantiene su polémica que parece eternizarse, pero que no deja de escucharse en recitales líricos, como el ofrecido por Teresa Novoa, en el ciclo dedicado a “Concepción Arenal”. Uno de los pasodobles que no pierde comba y que repite una vez más, se trata de”Lugo-Ferrol”, de Gregorio Baudot.

    22 oct 2020 / 00:00
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