Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Somos lo que haga falta

“Somos socialdemócratas”, proclamó el presidente Pedro Sánchez en el reciente congreso del PSOE celebrado en Valencia, bajo la atenta mirada histórica de Felipe González, el presidente que antes de serlo entró en otro congreso crucial de su partido en éxtasis marxista y salió sintiéndose también socialdemócrata, que tal como ellos lo plantean es, más que una ideología, un estado de ánimo estrictamente personal. Como políticos teóricos, es obvio que estos dos dirigentes no llegan muy lejos; como gobernantes, de González la experiencia dice que realizó sus prácticas en la fábrica del liberalismo y de Sánchez sabemos que es terriblemente más ecléctico y que conserva una ventaja sobre el primero: su biografía continúa abierta y aún está a tiempo de dar vida a todos los personajes llamados Sánchez que guarda en el armario.

“Somos socialdemócratas”, proclamó Sánchez y uno cree recordar que no hace tanto tiempo divulgaba su nombre junto a la leyenda “Somos socialistas”, así, a secas, por ahí arriba debe de haber una foto que lo acredita. “Somos socialistas”, sin más aditivos ni colorantes que edulcoren o dispersen el verdadero significado de “socialistas”. Sin etiquetas ni recibos que pagar, “somos socialistas”, repetía en un tono bastante cercano al “somos comunistas” que podrían gritar, aunque no lo hacían, aquellos a los que Sánchez pretendía eclipsar. Entonces, ese “socialistas” no era más que una palabra despegada de sus verdaderas connotaciones, pero todavía con suficiente consideración social en el mundo de la izquierda y en una ciudadanía en general que desconoce cada vez con mayor evidencia la semántica de los términos políticos.

Aquel “Somos socialistas”, que Sánchez llegó a escribir con tiza en un encerado, para enfatizar todavía más su determinación ideológica, nos pareció a algunos una especie de penitencia laica que el líder socialista, en ese momento despojado de todos sus atributos de mando en un PSOE tomado por Susana Díaz, se había autoimpuesto en el confesionario donde había ido a parar con el sacerdote converso Iván Redondo, para hacerse perdonar el pecado mortal que había cometido meses atrás, cuando firmó un acuerdo de Gobierno con Albert Rivera, otro personaje de seminario mayor digno de estudio universitario.

A una edad equivalente al de un militante de último año de Nuevas Generaciones, el líder de Ciudadanos reconoce que jugueteó primero con el PP y luego con un PSC que de la mano de Maragall aspiraba a reconstruir la corona de Aragón, pero con capital en Barcelona. Después sintió la llamada del antindependentismo y fue dotando a Ciudadanos de una teoría socialdemócrata que no tardó en transformarse en liberal. En la tesis doctoral que Sánchez realizó sobre él –ya que Rivera le negó la que firmó en la universidad–, finalmente aparece retratado como un falangista. Un joseantoniano al que un ingenuo Sánchez abrazó en el salón de los Pasos Perdidos antes de elegir a Pablo Iglesias como plato de segunda mesa.

Puede que entre Rivera, Iglesias y González trastornaran la brújula ideológica de Sánchez o puede que ya él estuviese genéticamente predispuesto a dar vueltas como una veleta. En la política moderna, menos dogmática y más alejada de los clichés inamovibles, este saber adaptarse a las circunstancias sólo conlleva ventajas. Feijóo, que es un liberal-conservador sin sospecha alguna, lo sabe y por eso llama a unirse al proyecto de su PPdeG a socialdemócratas, centristas, reformistas, galleguistas y a quien haga falta. Ana Pontón, que sigue la estela electoral del feijoonismo, con un culto también descomunal a su liderazgo, presenta ahora un BNG no independentista, que no es exactamente lo mismo que ser independentista y pedir el voto a los no independentistas.

Anguita se queda solo como negacionista histórico de Groucho Marx: la política no es un mercadeo, yo tengo mi programa y a quien no le guste que vote a otro, afirmaba con un punto de provocación. Que vote a otro y apande con las consecuencias.

12 nov 2021 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito