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Reseña Musical

“Sonatas para chelo y piano” de Beethoven, en “Metáforas do silencio”/El ”Grupo 1.500”, en el Museo das Peregirnacións

    Tercer concierto dedicado a la música de L.v Beethoven en el “250 Aniversario de su nacimiento”- Paraninfo da Universidade 20´30 h.-, y que se repetirá el próximo día 23, esta vez con un par de sonatas para chelo y piano, de las que se harán cargo Carlos García Amigo y Javier López Jorge, que vuelve al ciclo tras poner su primer eslabón con sonatas para tecla, recibidas con absoluto entusiasmo, hasta el extremo de que hubo de repetirse la sesión. Javier es un asiduo colaborador de las propuestas programadas por la”USC”, en el Paraninfo, de las que recordamos la ofrecida precisamente el 3 de marzo, al borde justo del amargo confinamiento, en la que nos ofreció con la chelista Morgane de Lafforest, la “Sonata para clave y viola da gamba en Sol m. BWV 1029”, de Johann Sebastian Bach; el “Adagio y Allegro Op. 70, para chelo y piano”, de Robert Schumann y la “Sonata para chelo y piano en Fa M.Op.99”, de Johannes Brahms. El chelista Carlos García Amigo, tuvo un importante protagonismo en el ciclo “Polifonía Oculta”, dedicado a “Sonatas y partitas para violín solo BWV 1001/6” y las “Suites para chelo solo BWV 1007/12”, ciclo en el que también participaron Anca Smeu, Elina Viksnem Grigori Nedobora, Fernando Santiago y Barbara Switalska. No se puede obtener mejor rendimiento de nuestros miembros de la “RFG”, ahora que aguantamos del timón en turbios momentos.

    Carlos García Amigo, tuvo en su agenda la “Suite nº 2, en Re m. BWV 1008” y la “Suite nº 6m en Re M. BWV 1012”.El chelista estudió en el Conservatorio de La Haya, teniendo como maestros a Dalibor Sebeski, Gregor Hosch, Monique Bartels, Antoine Ladrette (en interpretación historicista). Recibió becas de la “Fundación Barrié”, de la “Deputación de A Coruña” y de la “Fundación Caixa Galicia”, Colaboró con el grupo “In Itinere”, que dirigía Carlos Villanueva. Y fue miembro de la “Schleswig- Holstein Musik Akademie Orchester”. En 2001 ingresó en la “RFG” y fue impulsor de la “Asociación de Galicia (Soncello)” y del “Trío Artabria”, además del “Ensemble s21”, centrado en la música contemporánea, siendo igualmente un intérprete interesado por la ejecución con instrumentos de época, en formaciones como “Ars Combinatoria”, “Alio Modo” o “Il Cimento Americantica”

    La “Sonata para chelo y piano, en Sol m. Op. 5, nº 2”, segunda pieza de ese grupo y de las que se dice que fueron prácticamente las primeras obras destinadas a tal formación, que comportan una parte pianística enteramente estructurada, inaugurando así el estilo de la sonata romántica. Marca de hecho un cierto avance con respecto a la precedente, aunque para el autor, se mantenían las dudas. La considerable libertad con que trata estas obras, es un fundamento a tener en cuenta. Una obra que observa una cantidad de curiosidades, que le distancia de la primera, atenta al magisterio de F.Ries y es que a esas alturas, el virtuoso y aclamado Domenico Dragonetti hizo una parada en Viena, justo cuando era considerado uno de los referentes de la época. Testigos de entonces, dejará escrito: “Había llegado hasta Beethoven la voz de este virtuoso con su gigantesco instrumento. Una mañana, Dragonetti, hizo una visita al Divino Sordo, y expresó el deseo de poder escucharle al natural. Dragonetti eligió precisamente una de las del “Op.5” y Beethoven permaneció con los ojos puestos en él, más que en la partitura, quedando como hipnotizado, reaccionando al final con una actitud de arrebatado entusiasmo, concluida con un abrazo entusiasta. El músico era dado, como bien sabemos, a este tipo de respuestas, pasando del orto al ocaso. La obra fue compuesta en un momento fundamental de su vida, cuando contaba con 26 años, poco antes de que “Artaria”, se decidiese por su publicación. Esa labor indagatoria, no cederá en el futuro, dentro del espacio del instrumento, tanto en los planos técnicos como en los formales y estilísticos, que se confirman en el género de las variaciones y en páginas ocasionales.

    La ”Sonata para chelo y piano en Do M. nº1, Op. 102”. Comienzo del período tardío, cobró forma junto a siguiente en 1815 y para algún estudioso sobradamente versado, constatamos una apreciable tensión entre la ambición de no traicionar a las maneras clásicas recibidas en herencia y la tentación de disolverlas, o quizás remodelarlas, dejando en evidencia que los llamados esquemas clásicos, resultan las piedras miliares, a las que el autor se atiene. Schumann, obsesionado con el género camerístico en general, resumirá que las cinco sonatas para violonchelo, ricamente contrastadas y con tres ciclos de variaciones, Beethoven impuso el violonchelo como instrumento de dúo en la práctica de la música de cámara. En otros ámbitos, las sonatas del “Op. 102”, son los primeros ejemplos de un estilo nuevo, el estilo del tercer período. El instrumentista que inspiró las obras, Joseph Linke, había formado parte inicialmente del cuarteto del príncipe Razumosvki, uno de sus conocidos protectores y ex-embajador en Viena. A finales de diciembre de 1814, el palacio del príncipe se había incendiado en el transcurso de un banquete y había quedado completamente destruido, El cuarteto se vio obligado a disolverse a consecuencia de ello y Linke pasó inmediatamente al servicio de los Erdody – quienes también se cruzaron en la vida del compositor, junto a los cuales pasó el verano en su residencia de Jedlersee y allí conoció a Beethoven, con el que tendrá una excelente relación.

    El “Grupo 1.500”, conmemorando el Quinto Aniversario del Museo das Peregrinacións

    Dos fueron los conciertos elegidos para la conmemoración del quinto aniversario del Museo das Peregrinacións y que completaría la visita realizada al centro a cargo de arquitecto del Consorcio de Santiago, Ángel Panero quien haría un recorrido por su historia trasmitido a través de las redes del ente, en su traslado por espacios exteriores e interiores, dentro de una aproximación al entorno urbano, los aspectos históricos o las técnicas relacionadas con el proceso de construcción, de ese edificio que guardaba la memoria de su función como sede del Banco de España, construido en su tiempo por Manuel Gallego Jorreto. Dos pues fueron los conciertos, el de la sesión del viernes, “Pèlerinage 1726”, charla-concierto impartida por Fernando Reyes, acompañado por la soprano Mercedes Hernández”, miembros del grupo “Resonet”, y que glosaron la figura del curioso personaje Guillaume Manier, aspectos de su correrías entre Francia y España, hasta llegar a Compostela. Larga, estimulante y agotadora travesía, adobada por páginas musicales desde piezas instrumentales con la tiorba y cantigas mayormente pertenecientes a Robert de Visée, para las que se prestaría la voz de Mercedes Hernández.

    Quedaban otras de compositores del momento, como la emblemática “Grand Chanson des Pèlerins de Saint-Jacques”, “Les Sylvains”, de François Couperin, en adaptación del propio Visée; un anónimo de un manuscrito parisino “Les Dèmons” o un tono humano de José Marín. Base de inspiración musical, provenía del trabajo de “Resonet”, “La Grande Chanson, (As cancións dos peregrinos de Santiago, Francia ss. XVII-XVIII”. Anécdotas curiosas de un personaje que escrupulosamente anotaría sus peripecias y de las que la historia conservará un detallado compendio, con detalles tan curiosos como la llegada a Santiago, para resarcirse de hambres atrasadas, en los monasterios de San Francisco, San Martiño Pinario, el Convento de Sta Teresa o el Hostal de los RR.CC., mientras no descuidan las atenciones primordiales con la compra de rosarios y conchas. Una actividad que volverá a repetirse en Sta María de Conxo y en Melide.

    El “Grupo 1500”, una formación especializada precisamente en repertorios de música antigua, y que alcanza hasta el siglo XVIII, está dirigido desde su presentación por Andrés Díaz, y por su planteamiento, está abierto a plantillas variables según programas y repertorios. Siempre la Edad Media, fue un período de primordial atención, llegando al primer Renacimiento, por lo de ahí su nombre 1.500. Se añaden en beneficio artístico, otros proyectos de permanente ambición, dinamizados especialmente por Andrés Díaz y Belén Bermejo, en los que no faltan bandas sonoras para material audiovisual- “Cadena perpetua”, “O mariscal, mito, lenda e realidade”, “Cetreiros do Século XXI”-, guías didácticas, temáticas monográficas, o trabajos conmemorativos “Música e Poesía, Poesía e Música”, “Música para Historia de Ribadavia”...Colaboraron con grupos como “In Itinere”, “Música Doméstica””Capela Compostelana””Martin Codax”, “Ultreia” o los citados “Resonet”

    “Espazos Sonoros”, proyecto relevante y ambicioso, coordinado por Belén Bermejo, les tuvieron como referencia en la edición de 2008, en un especial “Os Menestreis de 1500”, que entonces integraban el investigador de ancestros curiosos, Abraham Cupeiro; Ana Mª Pazos Pintor, corneta; J.Ignacio Castro Lozano, sacabuche y flauta tenor y Andrés Días, bajón y flauta. “Amor e danza na Europa das Nacións”, era el título de un extenso programa, que se repartía por distintos países europeos, entre obras anónimas, piezas de Heinrich Isaac, Orazio Vecchi, Praetorius, William Byrd, Clement Janequin o Lucas de Ribayaz. Una línea común que nos descubren proyecto a proyecto. “De Lugares e órganos”, que en la reciente convocatoria nos ofreció sesiones como “Concerti delle donne”- Alejandra Escolante, Mª José Pámpano y Ana Pazos Pintor;“Tasto Solo”- “A flor do Paradis”-; “Organscape”- Andrés Cea Galán y Xoan Xil López”-; el organista Brett Leighton, que sustituía al anunciado del Proyecto Van Eyck, las “matinées” de complemento y otras visitas a lugares de la ciudad.

    En esta ocasión, el “Grupo 1.500”, estuvo formado por Roberto Santamarina-violín y fídula-; Belén Bermejo- voz y percusión-; Andrés Díaz-arpa, laúd, viola da gamba y flauta y Pablo Ruibal, violas da gamba, quien además ofició de presentador comentado el repertorio, a medias con Andrés Díaz, que le tomaría el relevo hacia el final, añadiendo sus acostumbrados detalles de sarcástico humorismo con el que nos tiene acostumbrados, esa relación procaz entre el ilustre Quevedo y los tañedores de pasacalles, en cuanto a determinadas profesiones, por un decir. Una relación según programa, con los peregrinajes en amplio panorama, comenzando por una cantiga del Rey Sabio, Alfonso X, la nº 86, “Acorrer- nos póde e de mal guardar”. En todo momento, Belén Bermejo, supo tener un cuidadoso trato en las exigencias interpretativas de las piezas y en la necesaria prosodia de los textos y para ejemplo, el “Pälastinlied”, de Walther von der Vogelweide, que nos llevaba a la sexta cruzada de 1228, autor que sería modelo de los “minnesanger”, un precursor de “l´amour curtois”.

    “Fortuna Desperata”, de Antoine Busnois, nos trasladaba a la Borgoña, en un autor dotado para este estilo de chanson, por su variedad y originalidad, sobre ágiles melodías y que destacaría igualmente en los motetes, dejando paso a Paolo Scotti con la pieza ”O tempo o ciel volubi”, sobre la poética de Petrarca. Bartolomeo Tromboncino, superado en su tiempo por el nacimiento del madrigal, fue artista en la corte de Mantua, antes de viajar por las de Ferrara, Florencia o Venecia. De su autoría “O mischini”. Marchetto Cara- “Io non compro piu speranza”, era un dilecto cantante y compositor al servicio de los Gonzaga, también en Mantua, y que visitó Venecia, un importante especialista de temple en el estilo de la “frottola”. Entre estos dos, hubo una relación artística reseñable.

    Los cancioneros recibirían en el concierto una atención muy a tono con el programa, Alonso de Mondéjar, con una pincelada proveniente del Cancionero de Barcelona, en preferencia dedicado a la polifonía italiana, una nueva aproximación a la canción de amor cortés profano o en mayor medida, las piezas del Cancionero de Elvas: “Testou minha ventura” y el bis “Ja nâo pedeis ser contentes”, del que se aprecian textos y músicas del XVI, entremezclados con otros de tradición oral. Antonio de Cabezón, obligado en los ciclos dedicados a repertorios organísticos, bien valía una transcripción, realizada para esta oportunidad. Venegas de Henestrosa, ayudaba con piezas del “Libro de cifra nueva para tecla, arpa y vihuela”, en complemento con pasacalles y folías de Martín i Coll.

    El tradicional tema inglés “”Greensleeves to a ground”, tomado del “Division Flute”, anónimo del XVII, no dejará de servir como puente hacia la conclusión de un breve concierto, sometido a irregulares condicionantes, una canción universal que pondrá tierra por medio a través de los siglos y con vigencia en la actualidad para tratamiento de los más atrevidos recursos. Por su atractivo y natural frescura, siempre será una pieza que invite a realizar todo tipo de variaciones prolongadas hasta lo imposible. Nos queda pues la promesa, de recuperar la experiencia de una velada tan seductora a lo largo de estos viajes por el Medievo y derivados.

    10 nov 2020 / 00:00
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