¿Tiene arreglo el socialismo?

crisis. La experiencia empírica lleva años demostrando la capacidad del socialismo gallego para romperse en mil pedazos. Sin embargo, todavía es un misterio para la ciencia, política en este caso, si en algún momento tendrá la habilidad de volver a juntarse. No para alcanzar un pensamiento uniforme de todos sus militantes, pues eso, como diría en sus tiempos José María García, “equivaldría al encefalograma plano”, pero sí al menos para alcanzar una cierta unidad de acción.

Una buena oportunidad para experimentar si esa hipótesis puede convertirse en realidad la tienen ahora los del puño y la rosa a cuenta de la crisis abierta entre la actual dirección pilotada por Gonzalo Caballero y el sector crítico que, aunque todavía en un plano oculto, se sabe que existe y también que encabeza Valentín Formoso. Y es que a falta de que el actual presidente de la Diputación de A Coruña confirme que será candidato a la secretaría xeral en el próximo congreso autonómico, cosa que muchos ya dan por hecho en el seno de la formación, de ese cónclave –si finalmente Caballero y Formoso pelean por el liderago– sólo pueden salir dos escenarios, ambos catastróficos para las expectativas electorales de ambos: que gane el economista de Ponteareas y cuente con el apoyo de sólo media organización, o que venza el actual alcalde de As Pontes y tenga a un 50 % en contra.

Un cóctel explosivo con el cien por cien de posibilidades de seguir perdiendo terreno ante Feijóo por un lado, Pontón por el otro y la sociedad en general. Llegados a este punto, el PSdeG debe preguntarse: ¿Vale más continuar con un buen pleito o llegar a un arreglo, aunque ambos tengan que ceder? S. A.