Trabajitis productivos

Anuncia el Gobierno una Oferta de Empleo de treinta mil nuevos puestos. Viene bien para este país de tres millones y medio de parados. Es un trabajo que tendremos que remunerar con dinero generado por currantes de la llamada Economía Productiva, esa que aumenta el PIB. Todo trabajo honrado es noble pero no igualmente productivo. Soy enseñante y me incluyo en el sector servicios, junto con hostelería, sanidad y espectáculos. Con visión macro, al lado de ese sector es precisa una industria productora de bienes tangibles.

Soy funcionario de Enseñanza Pública y enemigo del funcionarismo. Le reprocho pancismo y una estabilidad laboral con falta de estímulo y control.

Los funcionarios son amables pero el aparato funcionaril es lento. He conocido a un joven emprendedor de otra comunidad que quiso abrir un negociete en Porta da Pena: le llevó doce meses obtener permisos municipales para ello y solo el amor a su novia compostelana le dio ánimos para perseverar en su empeño. Finalmente ha inaugurado su vinoteca.

El Real Decreto de 27 de julio pasado recuerda que el Empleo Público aspira a la eficiencia, pues faltaba más: lo firma la ministra de Hacienda y Función Pública, la escarolada María Jesús Montero. Y corresponde a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, promover la creación de puestos de trabajo que aumenten nuestro Producto Interior Bruto. Empresas, creativos animosos que produzcan Bienes y Servicios. Más bienes concretos, con peso y medidas, nos convienen. Yolanda, explícitamente comunista, prefiere hacer funcionarios, pedigüeños y codiciosos, a alentar tipos audaces y perseverantes. En 2020 veinte millones largos de españoles cobrábamos del Estado, provocando déficit. Creémos puestos de trabajo que generen riqueza, no que la disminuyan, empleos más productivos que consumidores.