Un día grande

Pocos años tendremos la oportunidad de celebrar la fiesta de Santiago y de Galicia con tantos y tan importantes actos como los celebrados en el día de ayer. A todos los ceremoniales religiosos, civiles y militares, hay que sumar la presencia de SM el Rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, y todas las autoridades autonómicas, provinciales y locales.

También la misa en recuerdo de Rosalía de Castro tuvo una significación especial. En primer lugar, porque la eucaristía fue concelebrada por Don Francisco José Prieto, obispo auxilar de Santiago y Don José Fernández Lago, deán de la catedral y colaborador constante en la organización de esta Misa. Es de agradecer que el primer año de su consagración como obispo auxiliar de Santiago de Compostela aceptase estar con nosotros en esta misa. En segundo lugar, este año se cumplen 130 años del traslado de los restos mortales de Rosalía de Castro desde el cementerio de Adina, en Iria Flavia (Padrón) hasta su mausoleo mortuorio en Santo Domingo de Bonaval.

Quizás fue un día excesivamente cargado de actos y reuniones de trascendencia indiscutible para el futuro de Santiago de Compostela y de Galicia como la del Real Patronato de la ciudad. Y todavía tuvimos la oportunidad de vivir como broche de este Día de Galicia el solemne acto de entrega de la Medalla de Galicia, al que asistió también el monarca, dando muestra de su compromiso con Galicia.

Lo mejor de esta extraordinaria coincidencia de actos, ceremonias y personalidades es que podremos celebrar el próximo año, quizás con mayor tranquilidad sanitaria, la segunda parte de esta fiesta grande y, quién sabe, quizás con la presencia del Papa Francisco, ya recuperado de su intervención quirúrgica. ¡Por pedir que no quede!