Un Ejército europeo
CADA vez es más evidente y apremiante la necesidad de contar con un sistema integral de Seguridad y Defensa europeo. El beneficio sería inmenso en comparación con el gasto que generaría. Terminábamos nuestra columna hace un par de semanas señalando cómo cualquier sistema administrativo, económico, de salud, educativo o incluso de comunicaciones se evaporaría en cuestión de días a poco que sufriese un ataque como el que está padeciendo Ucrania (“Presupuesto en Defensa”, ECG 04/04/2022). Por eso el proyecto ‘Brújula Estratégica’, del que ya dimos cuenta aquí en noviembre del año pasado, deviene fundamental.
Lo es no sólo como fórmula de disuasión frente a las amenazas que sufre la UE tanto desde el Este de Europa como desde la otra orilla del Mediterráneo, sino también a modo de herramienta de defensa y respuesta rápida ante invasiones, ocupaciones y conflictos armados. Además, resultaría efectivo para luchar contra esa nueva ‘guerra híbrida’ que comprende, además del terrorismo cibernético, el chantaje energético, la presión migratoria, la desinformación política, y la coacción económica y empresarial. Esta nueva amenaza integral se desarrolla en un espacio impreciso o ‘zona gris’ que va afectando a unos países u otros dependiendo de los intereses de desestabilización de Estados terceros, o de la vulnerabilidad que pueda evidenciar Occidente (“Ahora le toca a Polonia”, ECG 14/11/2021).
Por fin la iniciativa ‘Brújula Estratégica’ parece activarse. Ha sido la invasión rusa de Ucrania el detonante de su aprobación definitiva este mismo 21 de marzo por parte del Consejo de la UE. Se trata de proteger la integridad de nuestros territorios y a nuestra población; de hacerlo con “rapidez y firmeza”, con “anticipación”, y “de manera colaborativa”. Y lo primero parece ser la creación de una Fuerza con “Capacidad de Despliegue Rápido” de hasta 5.000 militares de aquí a 2025, e ir desarrollando estrategias y planes de acción hasta el 2030.
Pues bien, en mi opinión, 1) este programa no puede demorarse tanto, pues podemos hacerlo con más celeridad. 2) El Ejército europeo debería desarrollarse en paralelo y en colaboración con la OTAN (como hace EE.UU. con sus propias fuerzas militares). 3) Reino Unido, con quien cooperamos en materia de Seguridad, debería formar parte de la Fuerza Europea. 4) Si así fuese, y uniésemos nuestro personal militar, nuestra fuerza aérea, y nuestros aviones, tanques y barcos, Europa tendría el segundo Ejército más poderoso del mundo tras EE.UU. 5) En cuanto a la disuasión frente a la amenaza nuclear, Rusia dispone de 6.370 ojivas, EE.UU. de 5.750, y China de 350; por lo que, sólo sumando las 290 de Francia y las 225 de Reino Unido, en Europa tendríamos 550, es decir, más que la propia China. Así pues, es hora de actuar.